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Maite SOROA

Mosqueo, despiste y berrinche

El dirigente abertzale Arnaldo Otegi salió libre por la misma puerta por la que le metieron esposado y el berrinche que se han agarrado algunas y algunos es de los de antología. El titulo del editorial de «Abc» serviría de resumen de todos ellos: «Escarnio a la Justicia». Y para que vean lo picados que están, lean algunas de las `perlas' del rotativo ultra del Grupo Vocento: «la Fiscalía General del Estado ha consumado la más grave agresión contra el Estado de Derecho desde que el Gobierno inició el diálogo político con ETA».

Y asegura «Abc» que «el Gobierno es el responsable directo de la decisión de Cándido Conde Pumpido, y éste lo es de haber sumido a la Fiscalía en un desprestigio histórico (...) lo que ayer sucedió en la Audiencia Nacional es una deslealtad con la Constitución de la que debe responder el Gobierno en el Parlamento y ante los ciudadanos».

El primo vasco del anterior, «El Correo Español» criticaba a Otegi porque «su provocadora actitud al forzar su detención refleja hasta qué punto el tenido como el dirigente más proclive a reciclar a la izquierda abertzale se ve necesitado de jugar al victimismo ante sus bases entablando un pulso con el Tribunal que le juzgaba (...) su intolerable cuestionamiento del Estado de Derecho rebate a quienes se afanan en ver supuestos avances en sus calculadas y siempre ambiguas manifestaciones».

El de «Diario de Navarra» terminaba en tono misterioso: «casos como éste disipan las dudas sobre las intenciones del Gobierno de Zapatero». ¿Cuáles son las dudas? ¿Cuáles las intenciones? Jo, qué mosqueo.

Por su parte en «El Mundo» dejaban sentado que «hoy se cumple un año de la declaración de alto el fuego permanente de ETA con un escándalo, el de la anulación del juicio a Otegi forzada por el Fiscal General del Estado».

Hasta «El País» mostraba cierto mosqueo en su editorial: «el de ayer fue uno de esos días en los que ocurren demasiadas cosas y demasiado contradictorias». Eso les lleva a la conclusión de que «entrar a negociar las condiciones de la participación electoral sentaría un precedente peligroso para el día de mañana. Las condiciones están en la ley y su aplicación corresponde a los tribunales». ¡Qué despiste llevan!

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