Jose Luis Diaz Monreal Iruñea
A nuestras autoridades
Hace unos días me dirigía de la calle del Mercado hacia la de Aldapa, cuando observé consternado el nuevo desatino urbanístico: el muro de piedra que bordeaba la parte izquierda de la Cuesta del Palacio está siendo sustituido por una pared de cemento. Yo, que de niño he jugado en el Redín, en la plazuela de San José, en la Ronda del Obispo Barbazán, en el Portal de Zumalakárregi..., no podía dar crédito. Junto al viejo Seminario de San Juan, al Mercado de Santo Domingo, a la Iglesia de San Fermín de Aldapa, al Museo de Navarra, han construido el edificio del Archivo de Navarra, o el edificio de Educación, y ahora el muro de cemento. ¿Qué ciudadano puede contemplar estos despropósitos urbanísticos sin sublevarse?
He llegado a la conclusión de que son tres los motivos de estas tropelías. 1) Motivos económicos: Seguramente existirán buenas relaciones y amistades con los dueños de la fábrica de Olazagutía y demás cementeras y fabricantes de losas y granitos. 2) Porque son unos «aldeanos». Dando a este vocablo su significado más peyorativo. Como suele decir un amigo, éstos, son capaces de construir el puente más largo del mundo, aunque no haya río. 3) Porque odian nuestra cultura, nuestra lengua, nuestra historia y quieren acabar con nuestras raíces. ¿Por qué no encauzan sus ansias de destrucción contra el vergonzoso Monumento a los Caídos?