Josu MONTERO Periodista y escritor
¿Acaso existen los autores teatrales vascos?
Del teatro, del teatro infantil y juvenil, del teatro de títeres, de la poesía... ¡Se agolpan a finales de marzo los Días de...! Debe ser la primavera. Han de saber ustedes que nos hallamos también en plena Semana Mundial de los Autores Vivos de Teatro (¡!), que se celebra del 20 al 27 de este mes. Para visibilizar la existencia de esta tribu no basta un Día. Sastre ya escribió hace tiempo que el autor teatral no existe, ya que para la gente de la farándula el dramaturgo pertenece al ámbito de las letras, mientras que para los escritores, el autor dramático forma parte del mundillo teatral. Vamos, que todos se le quitan de encima. El nombre de la asociación francesa de la que ha partido la iniciativa de la Semana lo dice todo: «Les Auteurs de l'Ombre», esto es, Los Autores de la Sombra; y por mucha semana que se les dedique a buen seguro seguirá sin darles el solecito.
Basta un vistazo a las programaciones teatrales para comprobar que cada vez están más plagadas de clásicos. Los autores contemporáneos, y no digamos ya los vivos, son escasos. Y si esos autores, además de estar vivos, son vascos, ya ni les cuento. ¿Cuántos autores teatrales vascos es usted capaz de nombrar? ¿Uno? ¿Cero? Pues eso. Pero admitamos que sí, que las compañías vascas hacen obras actuales y que alguien las tiene que escribir; los autores suelen ser el director, algún actor...Y estos, claro, tienden a hacerse las obras a la medida de la compañía y a la medida de ese producto vendible que necesitan. Las obras de los dramaturgos, ajenos a las compañías y ,en cierto modo, al mundillo teatral, resultan incómodas, problemáticas, no ya para los espectadores sino para las propias compañías. No es demasiado audaz afirmar que el teatro que tenemos viene motivado por la «inexistencia» de los autores.
Hace bien poco un multipremiado dramaturgo vasco me contaba que nunca ninguna compañía vasca le había siquiera pedido una obra con la simple intención de leerla. Los teatreros no leen teatro. Qué se puede esperar de los demás. Y eso que aquí contamos con dos de las editoriales de teatro más serias del estado: Hiru y Artezblai. Editoriales privadas; ¿dónde están aquí las instituciones públicas?