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Thelma, Louise y todos los demás

«El síndrome de Svensson"

Llega el primer largo de Kepa Sojo, premiado cortometrajista de Laudio, además de profesor de Historia de Cine en la UPV-EHU. Para arropar el estreno de «El síndrome de Svensson" ha inventado un nuevo estilo al que ha llamado «el absurdo pop", hecho de variadas influencias y su pasión por la comedia coral del maestro Berlanga. A pesar de las muchas incorporaciones al interminable y divertido reparto se mantiene fiel a su actor fetiche, Alejandro Garrido.

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

A diferencia de otros debutantes que se desesperan por ver terminado su primer largometraje, Kepa Sojo ha vivido ese duro e inacabable examen como una continua fiesta. Pese a la fama obtenida con su cortos «Cien maneras de preparar el pollo al chilindrón» o «Looking for Chencho», conseguir producción para su ópera prima no ha sido nada fácil, aunque lo que importa es el final feliz de la historia. El de Laudio tuvo el honor de estrenar los flamantes estudios alicantinos de Ciudad de La Luz. Atrás quedaba el rodaje veraniego del caluroso 2005 por carreteras de La Mancha y de Valencia, en el que la camiseta del Athletic fue su sello identificativo para dejarse ver entre tanto figurante e intérprete vestido de manera estrafalaria.

El cine de Kepa Sojo se nutre de esa apariencia caótica, que viene a ser una prolongación moderna de las comedias corales de Berlanga. Tanto que incluso ha seguido una orientación geográfica en busca de las huellas dejadas por el maestro. Pero, como quiera que hay una redefinición de ese estilo fallero tan de traca humorística, el autor ha preferido sacarse de la manga una denominación de origen para la ocasión: «el absurdo pop». Hace muy bien, porque si Lars von Trier puede inventarse el movimiento Dogma, para luego hacer con el mismo lo que le venga en gana, él no va a ser menos. La marca tiene que ver con lo que se ha dado en llamar el «spanish bizarro» y las películas sicotrónicas, toda una suerte de material subcultural reutilizable y localizable en videoclubs especializados, donde también se pueden encontrar otras influencias importadas vía Tarantino.

Es que Sojo es profesor de Historia del Cine en la UPV-EHU, así que no faltan homenajes a los clásicos, aunque, al incorporarse a una película gamberra como «El síndrome de Svensson», cobran una lectura deformada.

Creo que Álex de la Iglesia no tendría inconveniente en comparar «El síndrome de Svensson» con la madre de todos los clásicos en lo que a road movies disparatadas se refiere, porque ninguna película puede servir mejor como referencia que «El mundo está loco, loco, loco». Allí, la búsqueda que servía de excusa para la carrera era un millonario botín, mientras que en esta versión cada uno busca lo que puede, incluso a sí mismo. Y todos los integrantes del populoso reparto van camino de Xátiva, encabezados por Alejandro Garrido y su camiseta svenssoniana de la selección sueca, lo que demuestra que, por encima de las numerosas incorporaciones estelares, sigue siendo el actor fetiche de Sojo. Esas gentes solitarias y perdidas se reunirán al calor de un sudoroso macroconcierto en cuanto manifestación colectiva que vuelve a estar de moda entre la juventud, que es a la que va dirigida esta colección de surrealistas postales enviadas desde cualquier estación de servicio.

Estreno

Dirección: Kepa Sojo.

Intérpretes: Alejandro Garrido, Lluvia Rojo, Eulalia Ramón, José Sancho, Adrià Collado, Fele Martínez, Secun de la Rosa, Nacho Vigalondo, Martxelo Rubio, Txema Blasco, Gorka Aginagalde.

País: Estado español, 2006.

Duración: 94 minutos.

Género: Comedia coral.

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