Cerca de 1.200 socios compromisarios del Athletic están llamados a participar en la Asamblea Extraordinaria convocada para esta tarde (19.15) en el Palacio Euskalduna. La Junta Directiva que preside Ana Urkijo someterá a votación el proyecto que han elaborado para construir un nuevo campo.

Los rectores del club presentarán una propuesta cerrada en la que no se podrán introducir cambios, salvo sorpresa de última hora. Los compromisarios deberán tomar postura sobre San Mamés Barria, sociedad creada entre Athletic, BBK y Diputación de Bizkaia para financiar la construcción de un nuevo campo y el diseño presentado -muy similar al Allianz Arena del Bayern de Múnich- a principios de mes.

Para que la iniciativa sea aprobada por la Asamblea deberá contar con el visto bueno de las dos terceras partes de los compromisarios que acudan a votar. Pese a tratarse de una cifra considerable, lo más factible es que salga adelante porque desde el momento en que se conoció la noticia la mayoría de los medios de comunicación se han encargado de resaltar las bonanzas del proyecto y apenas ha recibido críticas.

Además, las directivas suelen tener «controlados» un determinado número de compromisarios que les facilitan sacar sus propuestas adelante y es poco probable que en este caso, con un proyecto de esta envergadura, acudan a una votación sin haber asegurado un apoyo.

La situación deportiva

El principal riesgo que corre la propuesta de la Junta es que los compromisarios muestren su enfado por la crítica situación deportiva que atraviesa el Athletic y censuren con su voto en contra el proyecto. Desde el club rojiblanco se viene reclamando en los últimos días a los compromisarios que se diferencien los dos temas y que la decisión se adopte en base a lo que supone el proyecto que presentan.

Sin embargo, no es el único factor que puede determinar el voto de la Asamblea. Para empezar, la Junta ha incumplido la promesa que realizó en la campaña electoral de realizar un referéndum para decidir si hace falta construir un nuevo campo cuando esa debería ser la primera pregunta.

Asimismo, la información ha llegado relativamente tarde a manos de los compromisarios -entre el lunes y el martes de esta semana se recibieron la mayoría de los folletos en los domicilios-, y apenas han contado con tiempo para reflexionar si es el estadio que les gustaría.

¿Ahora o nunca?

Desde las instituciones involucradas en el plan urbanístico -Ayuntamiento y Diputación- y el propio club rojiblanco se han lanzado mensajes en los que se asegura que si no se acepta esta tarde la propuesta, el proyecto de un nuevo campo deberá ser aparcado. O, por lo menos, no podrá construirse donde está la antigua Feria de Muestras.

El plantear la propuesta como un «lo tomas o lo dejas» puede jugar también en su contra al intentar meter el miedo a muchos compromisarios que, pese a estar a favor de algunos aspectos, no les gustan otros.

Los compromisarios se encontrarán con la imposibilidad de influir en un proyecto que modificará los rasgos que distinguen en la actualidad a San Mamés para ser homologado por la UEFA como estadio cinco estrellas y obtener más recursos económicos. La creación de palcos VIP, por ejemplo, romperá con la igualdad existente entre los aficionados. En el campo de ahora todas las personas se sientan en similares localidades pese a su condición social y en el nuevo se formarán dos clases de aficionados que estarán aislados el uno del otro.

A su vez, se intenta vender la idea de que será una referencia mundial entre los estadios, cuando copia las principales características de los campos construidos en Alemania e Inglaterra en los últimos años.