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Olympiacos, «El Otro" club de atenas, último escollo de tau para la final four

Tau Baskonia, después de terminar en primer lugar en el Grupo D del Top 16, tiene que superar un último escollo en la maratón que lo conduzca a su tercera Final Four consecutiva: Olympiacos del Pireo, «el otro" ateniense, un club en evidente línea ascendente; una difícil tarea.

Arnaitz GORRITI

Vivir a la sombra, tener la gloria al alcance de la mano y no poder disfrutar de ella, haber sido una vez el mejor y pretender volver a serlo... son muchas razones para temer a un rival como Olympiacos. El conjunto del Pireo, campeón de la Euroliga en 1997, vive una etapa emergente a la sombra del todopoderoso Panathinaikos. Pese a todo, aún le falta dar un paso más en su ascenso: destronar a PAO y alzar un trofeo por primera vez desde 2002, cuando conquistaron su séptima Copa helena.

Por ello, Panathinaikos, el equipo «verde» de Atenas, se perfila como el principal favorito para hacerse con «su» Final Four, pero el conjunto «rojo» de la capital helena no quiere quedarse atrás y buscará colarse en la fase final. Pero antes tendrá que enfrentarse en el cruce de cuartos ante Tau Baskonia entre el 3 y el 12 de abril.

Antes de empezar, una buena noticia para el conjunto baskonista: el posible desempate se disputará en Gasteiz. Y menos mal, porque Olympiacos es un rival de cuidado. Ya la temporada pasada Maccabi de Tel Aviv sudó tinta para doblegar al cuadro ateniense en el partido de desempate, y tras una prórroga, en La Mano de Elías.

Esta temporada, no obstante, el equipo dirigido por Christos Stavropoulos no ha reparado en gastos y ha construído un equipo muy a tener en cuenta. La llegada de Scoonie Penn por Tyus Edney ha rejuvenecido notablemente la base del equipo, Acker y Domercant -con el presumible regreso del ex baskonista Macijauskas- le dan el toque de talento de la línea exterior y, adentro, pese a la baja de Ryan Stack, el trío compuesto por Zizic, Bouroussis y Baby Shaq Schortsianitis conjuga físico y talento a partes iguales.

No obstante, el verdadero fichaje de Olympiacos no es otro que el entrenador israelí «Pini» Gershon. Hombre de mucho carácter, su agresiva forma de vivir el baloncesto -sus gestos a la grada, sus mal disimuladas burlas a los rivales y sus declaraciones, entre otras cosas- hacen que el técnico hebreo sea, por sí mismo, motivo de controversia.

Sin embargo, es un ganador. El ex entrenador de Maccabi ha llegado a las tres últimas finales de la Euroliga y ha ganado dos. La exigencia y la disciplina nunca faltan en sus equipos. Sin ir más lejos, esta misma temporada ha tenido defenestrado a Schortsianitis durante varias semanas por su escasa preparación física y profesionalidad. Gershon hace suya la máxima de Ioannis Ioannidis, mítico técnico de Olympiacos y de la selección griega: «sólo si mis jugadores dan hasta la última gota de su sangre quedaré satisfecho de su trabajo».

La zona de Ivanovic

Si en la primera fase de la presente edición ya saltaron chispas en ambos partidos, no se puede esperar menos en esta ronda, Además, la eliminatoria entre Tau y Olympiacos ya forma parte de la historia.

El Pabellón de La Paz y de La Amistad siempre guardará en su retina aquel 22 de febrero de 2001, cuando Tau Baskonia vencía por 72-78 el primer partido de la ronda de cuartos de final, volteando, además, el factor cancha. Y en el recuerdo quedará «la defensa en zona de Dusko Ivanovic»

Aquel Baskonia de Oberto, Alexander, Foirest, Stombergas... caía al descanso por 44-35 ante los Radja, Rivers, Ekonomou o Risarcher. Fue entonces cuando Dusko Ivanovic -que puso la primera piedra de su paso por Gasteiz- hizo coincidir en la cancha a unos renqueantes Bennet y Corchiani e implantó una zona que cortocircuitó a los helenos, parándolos tras un parcial de 10-28 que supuso el principio del fin. Los 22 puntos y ocho rebotes de Victor Alexander -luego se largaría a la NBA en pleno play off de la ACB- y los 15 tantos de «Benito» hicieron el resto.

Seis días después, el 28 de febrero, el Pabellón Araba se volvía loco al ver que su equipo pasaba por encima del conjunto del Pireo por 98-76, con 27 puntos de un Bennet tocado por el genio y 21 puntos de un Fabricio Oberto que volvía a sentirse jugador tras las depresiones sufridas en su etapa en Olympiacos, que casi le costaron una prematura retirada. Los parciales del segundo y tercer cuartos, 28-16 y 25-15, fueron demasiado para un conjunto heleno que tendrá esa herida en su recuerdo y, en su obstinada carrera por volver a ser lo que fue allá por 1997, tratará de vengar por todos los medios.

Desde la Copa de Europa ante Paok al tercer partido en el Oaka

No todos pueden presumir de ello, pero a Tau Baskonia no le van mal los conjuntos griegos.

Aunque aquel Taugres Baskonia poco podía ante los «cíclopes» helenos de mediados los 90, los de Manel Comas dieron cuenta de Iraklis de Salónica en la semifinal de la Copa de Europa de 1995 y del PAOK en la finalísima de este mismo torneo, en Gasteiz el 12 de marzo de 1996.

Con la consolidación del proyecto de Josean Kerejeta, las muescas gasteiztarras aumentaron en cantidad y entidad. Así, en la Euroliga 2000/01 hasta tres equipos griegos cayeron: Peristeri, el propio Olympiacos y AEK de Atenas, con repetición de partido y partidazo de Stombergas.

No obstante, la última hazaña «helénica» de Tau Baskonia tuvo lugar la temporada pasada, al eliminar en el cruce de cuartos de la Euroliga a Panathinaikos con desventaja de campo en un dramático desempate en el OAKA ante 20.000 espectadores. A. G.

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