La conversión, tanto en cosas de religión como de política, no tiene que ver con la evolución ni siquiera con el cambio de criterio en la valoración de las cosas. La caída del caballo hace que se pierda hasta el sentido del ridículo. Lean lo que escriben algunos y verán hasta qué punto es cierto lo anterior.

Carmen Gurruchaga ayer, en «La Razón», se esmeraba por satisfacer al señorito: «Si España estuviera poblada sólo por gente razonable jamás aparecería ante la ciudadanía Arnaldo Otegi como un hombre de paz y Mariano Rajoy como lo peor de lo peor, un antidemócrata cuasi fascista, que dirige el país hacia el guerracivilismo. Las cosas así planteadas son un puro desvarío, porque es mentira y porque es una barbaridad». Pues mira que yo había creído eso mismo...

Y, por si no se habían enterado, Gurruchaga volvía a la carga: «No es admisible que personas con mucho poder y líderes de opinión inciten a los ciudadanos a creer que es preferible Otegi a Mariano Rajoy, o que éste pone en riesgo la convivencia democrática y el portavoz del brazo político de ETA no lo hace». ¿Ya se han enterado?

Aplaudía la columnista a la derechona por su impagable labor: «El PP, en su papel de oposición, ha marcado de cerca al Ejecutivo y ha denunciado cada uno de sus incumplimientos: también sus cesiones con De Juana y Otegi. Es decir, son los `populares' quienes no le permiten a Zapatero campar a sus anchas. Es Mariano Rajoy, como líder de esos más de 10 millones de votantes, quien pone en evidencia al presidente del Gobierno ante la población». ¡Olé, olé!

Le duele que achuchen a Rajoy y asegura que «para hacer descalificaciones tan gruesas sin caer en el sectarismo hay que usar la misma vara de medir. De lo contrario, se evidencia la obcecación y el fervor por un determinado bando».

Al final, la fórmula para domeñar a los indómitos vascones: «Es necesario `descrispar' la situación y empezar por lo más elemental, un consenso entre los dos grandes partidos que quite a ETA la iniciativa. Con la desunión de PP y PSOE, el sentido del próximo comunicado de ETA inclinará la balanza electoral hacia una u otra formación. Sin acuerdo, se le dan alas al enemigo, que es ETA, aunque algunos se confundan. Combinando la defensa de los principios con medidas (concesiones) orientadas a evitar nuevos atentados, no se amilana a los terroristas, porque se excarcela a De Juana o se libera de cargos a Otegi». Parece que les va mal la cosa.