Quizá no sea el momento más apropiado para analizar las razones que han llevado al Athletic a tener que pelear por evitar el descenso por segunda temporada consecutiva porque lo más importante ahora es salvar la categoría como sea en las once jornadas que restan para la conclusión de la campaña.

El cuerpo técnico compuesto por Mané y Ondarru y la plantilla del primer equipo, deberán solucionar la papeleta de la mejor manera posible, pero no se pueden olvidar los errores cometidos en estos últimos años por parte de los gestores del club y los encargados de planificar el tema deportivo.

La Junta Directiva tendrá que realizar, pase lo que pase al final de temporada, una reflexión profunda y no quedarse en datos superficiales que no van al fondo de la cuestión como la baja natalidad, filosofía y otras teorías que se utilizan como excusa cuando las cosas no funcionan.

En la entrevista realizada la semana pasada con Juan Carlos Ercoreca, vicepresidente de la entidad, el mandatario rojiblanco reconoció no haber acertado en algunas decisiones, pero entendía que se habían dado muchas circunstancias que habían provocado el desplome del equipo en tres años.

Lamikiz y sus colaboradores más estrechos pensaron al acceder al cargo que sabían mucho más que sus predecesores en el cargo, pero se equivocaron en sus decisiones y tampoco rectificaron cuando tuvieron la posibilidad de hacerlo. Han ido colocando un parche tras otro sin que nadie se haya responsabilizado en público de los errores. Y no se trata de volver la vista atrás y rememorar la salida de Valverde, Ezquerro o Del Horno.

Una verdadera reflexión

El ex presidente rojiblanco anunció en una comparecencia pública en mayo del pasado año la creación de una comisión deportiva que en menos de seis meses desapareció sin aclarar cual fue su funcionamiento o el papel que desempeño en la confección de la plantilla.

Cuando el Athletic necesitaba contar tras un año muy duro con cierta tranquilidad para aumentar la experiencia de los jugadores y crear un bloque, desde la Junta se apostó por un entrenador joven como Sarriugarte al que le sobrepaso la situación. Se intentó copiar un modelo similar al de Valverde y no era el momento para hacer eso. ¿Nadie se percató o valoró en julio que era muy probable que sucediera lo que finalmente ha ocurrido?

Ercoreca aludía también a las bajas en el centro del campo como motivo de lo que está sucediendo. Las lesiones de Tiko y Orbaiz no se pueden prever y han influenciado en el rendimiento del equipo, pero el club sabía desde agosto que Gurpegi no iba a poder jugar y no se hizo nada. Lo de Javi González ya es caso aparte, de no tener ficha ha pasado a pelear por ser el lateral izquierdo titular sin que nadie haya ofrecido una explicación convincente.

Estas son algunas de las circunstancias que han propiciado el desaguisado. La figura de un director deportivo o de una persona con su equipo de trabajo que marque las directrices deportivas del club se ha echado en falta. No es cuestión de nombres sino de seguir un proyecto deportivo por encima de las personas sin constantes cambios de rumbo debido a unos cuantos malos resultados. Aunque el Athletic consiguiera mantener la categoría al finalizar esta campaña, si no se pone solución a los problemas que se han detectado a tiempo el derrumbe del club se produciría en los próximos años.

La actual Junta Directiva tendrá que dejar prácticamente atado el diseño de la próxima temporada en la que habrá que tomar en consideración las equivocaciones cometidas para que no se vuelvan a repetir.