CRíTICA cine
"Diario de un escándalo"
Mikel INSAUSTI
Dicen que los ingleses son fríos, pero también pueden ser pasionales, tan pasionales que lo suyo llega a ser enfermizo. El único que parece conservar la flema que tradicionalmente se les adjudica es el realizador Richard Eyre, a quien este desaforado folletín que es «Diario de un escándalo» no se le va de las manos en ningún momento. Pero bajo la apariencia elegante del estilo narrativo que emplea, lo que subyace es un culebrón más retorcido que cualquiera de los que nos sirven los canales de televisión latinoamericanos. Hay morbo para dar y para tomar, aunque manejado con un admirable pulso dramático, y, cuando la película se adentra en el resbaladizo terreno del thriller de suspense psicológico, nunca deriva hacia la versión vulgar que Hollywood nos ofrece de las acosadoras con patologías criminales.
La acosadora a la que encarna Judi Dench (hago un paréntesis para la obligada reverencia) no responde al perfil tópico de maníaca sexual, sino al de una mujer solitaria y amargada, dispuesta a recurrir al chantaje emocional con tal de no dejar escapar su último tren del amor. Es una profesora al borde de la jubilación, desengañada con el permisivo sistema educativo actual, hasta que encuentra a alguien a quien poder admirar, una docente recién llegada caracterizada por una ingenuidad y una belleza inmaculadas. No tardará en comprobar que, pese a la evidente diferencia de edad, es una presa fácil para ella, porque esa pánfila, dulcemente interpretada por Cate Blanchett, sufre de una tendencia innata a cometer errores por culpa de su preocupante falta de malicia. La pobre, en lugar de encontrar una protectora o una segunda madre, se topará con una vieja y resentida lesbiana dispuesta a todo mediante su inteligencia y experiencia para la manipulación.
La novela original de Zoe Heller se titula de forma muy orientativa «¿En qué estaba pensando?», voz que habla por el personaje atolondrado de Cate Blanchett. Sin embargo, quien ejerce de narradora es su veterana oponente, autora a la sazón del diario personal que ha quedado en el título cinematográfico.
El sucinto y electrizante guión del dramaturgo Patrick Marber administra la voz en off de Judi Dench de forma perversa y calculada, liberando sus carcomidos pensamientos resumibles en su definición de la especial amistad con la maestra novata, que compara con la novicia que se confiesa con la madre superiora del convento. Un tratamiento muy sagaz de una idea argumental sacada de los tabloides sensacionalistas, ya que se basa en la noticia sobre Mary Kay Letorneau, profesora que a mediados de los 90 se hizo tristemente famosa en la vida real por mantener relaciones con un alumno menor de edad. Aquí es presentada como una víctima propiciatoria de la moral maniquea que manejan esos medios infectos, al ser señalada con el dedo por aquellos que precisamente están dispuestos a explotar los fallos ajenos en su beneficio, con tal de figurar como íntegros y a salvo de que sus propias miserias salgan a la luz.
A las merecidas nominaciones al Oscar de Judi Dench, Cate Blanchett y Patrick Marber, se sumó una cuarta para la omnipresente banda sonora de Philip Glass. Es uno de sus trabajos de composición más titánicos, una verdadera sinfonía incidental que remarca constantemente cada pico emocional dentro del desarrollo melodramático de la historia, a la manera en que se hacía en las películas del maestro Douglas Sirk en los años 50. Sin esa música «Diario de un escándalo» no sería la gran película que es.
Título original: «Notes on a Scandal».
Director: Richard Eyre.
Guión: Patrick Marber sobre la novela de Zoe Heller.
Intérpretes: Judi Dench, Cate Blanchett, Bill Nighy, Andrew Simpson, Michael Maloney, Shaun Parkes.
País: Inglaterra, 2006.
Duración: 92 minutos.
Género: Melodrama.