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Joxemari Olarra Agiriano Militante de la izquierda abertzale

El PP, en la encrucijada

El PP se está convirtiendo en lo contrario del rey Midas. Aquello que toca se infecta o se desmorona. Se salvaría si el PSOE no pasara a la ofensiva Tienen miedo a perderlo todo, a que el PSOE se lance y arriesgue de una vez y consiga algo que al PP le haría migas su futuro político inmediato y destrozaría su proyecto

La última astracanada montada por los jueces de la Audiencia Nacional en torno a Arnaldo Otegi, la aplicación de libertad atenuada a Iñaki De Juana Chaos, la manifestación de UPN en Navarra, convertida en una bufonada del nacionalismo español, y, si se quiere más leña, la absurda citación judicial a Ibarretxe por parte del presidente del CGPJ de Bilbo pueden invitar a configurar toda una serie de buenas conjeturas sobre el devenir de Euskal Herria, pero sobre todo dan pábulo a algo que se empieza a barruntar en cualquier cenáculo y tertulia de tasca: el PP tiene miedo. Tanto, que su estrategia infunde terror.

Tienen miedo a perderlo todo, miedo a que el PSOE se lance y arriesgue de una vez, y consiga algo que al PP le haría migas su futuro político inmediato y le destrozaría a corto plazo su proyecto como formación. El PP se está quedando sin munición para llevar a cabo esa rebelión de la derecha por la que clama el radiopredicador de los obispos españoles que siguen bajo el palio que inauguró Francisco Franco. La última traca, el boicot a Prisa, algo que se utilizó contra el proyecto «Egin» y otros.

Los conservadores españoles, por no llamarles por su nombre, se emplean tan a fondo en intentar destrozar la política del PSOE que, cada vez más, aparecen ante la opinión pública como un tren sin frenos que no va a llegar a su meta por anterior descarrilamiento. Un botón de muestra: el señor Jaime Ignacio Del Burgo, hábil politiquero que de la supervivencia en los órganos del PP ha hecho su modus vivendi, ha comenzado a distanciarse de sus líderes naturales por la guerra de Irak. Es decir, a lavarse las manos de la decisión que dio pie a la madre de todas la pérdidas de credibilidad del PP.

El partido de Aznar, Rajoy, Acebes, Zaplana y de otros flechas y pelayos de antaño incluidos en los órganos de decisión de la Ejecutiva, sigue ya en una loca huida hacia adelante sin que nadie pueda pararlo. Y, lo que es peor, sin que nadie lo quiera frenar, pues dentro de su casa hay quienes quieren que se estrellen para recoger los pedazos del poder. Dicho de otro modo, en el PP existen quienes desde las sombras esperan con sus cuchillos afilados el día de la toma de responsabilidades después de una derrota electoral que sería la antesala de una escisión entre los que quieren ser de derechas y los fachas de siempre, disfrazados con camisas blancas y ostentosas corbatas de chillones colores, donde ayer fueron azules guerreras y negro lazo militantes.

Y todo este berrinche ¿por qué? No parece creíble que todo sea por la supuesta gestión incorrecta del Gobierno de Zapatero o porque la unidad de la sacrosanta patria española esté en peligro inminente de descuartizarse. El PP sabe que si no revienta hoy el proceso abierto a raíz de la tregua de Euskadi Ta Askatasuna, si este proceso llega a buen puerto, se le acaban el tango y la milonga que quieren interpretar con desgarro victimista ante la opinión pública española.

Están, esto sí, introduciendo el miedo en las casas de los ciudadanos españoles. Sus alaridos, sus soflamas, sus intervenciones parlamentarias, sus manifestaciones, todas ellas fascistadas descaradas, causan miedo, pero también pueden levantar una gigantesca ola en su contra con la reactivación de la izquierda y otros entornos más tibios, como ocurrió cuando Jaime Mayor Oreja creyó poder vencer a Ibarretxe. Un ejemplo de ello es la causa-efecto provocadas en Nafarroa con la manifestación más franquista de los último tiempos convocada por UPN y repletada por el PP. Llena de militantes de importación, banderas al viento y nuevos amaneceres en las montañas nevadas, no han faltado días para que Miguel Sanz, sagaz político donde los haya, empezara a dar marcha atrás y men- tara al rey por encima de todas las cosas, haciendo apología de una monarquía que nadie votó, como nadie votó el Amejoramiento del que se nutre su poder. La manifestación fue tan española que la identidad navarra se desintegró, incluso a ojos de los más españolistas navarreros.

Definitivamente el PP se está convirtiendo en lo contrario del rey Midas. Aquello que toca se infecta o se desmorona. Sólo podría ser posible su salvación si el PSOE no pasa a la ofensiva desmarcándose del PP. Mientras que al contrario, la salvación de los de Zapatero está en cubrir bien el proceso-apuesta y definir claramente su postura para ganar.

Más aún, en el caso de que el PSOE estabilice el proceso, el horizonte se despejará... Y para fin de año, adelanto de unas elecciones que pillarán al PP mirando cómo pasa el viento.

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