El Gobierno de Nafarroa activó a media tarde de ayer el primer nivel del Plan de Emergencia por Inundaciones. Lo hizo cuando el agua anegaba ya amplias zonas del herrialde, provocando situaciones especialmente graves en la comarca de Tafalla y de la cuenca de Iruñea. Las avenidas del Zidacos, el Aragón y el Arga, y de sus afluentes, han anegado sotos y han obligado a cortar carreteras: al menos cuatro vías de la red principal estaban ayer cortadas y una veintena de vías secundarias quedaron también intransitables. Con otras ciudades amenazadas, como Castejón, algunos testimonios de responsables locales dejaban entrever que los ayuntamientos están llevando el mayor peso en lo que se refiere a afrontar la crisis. De hecho, hasta ayer tarde no se creó un órgano coordinador entre los organismos encargados de la protección civil, y desde el Gobierno de Iruñea se han prodigado los llamamientos a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para que repare diques,y a los ayuntamientos para que protejan a sus ciudadanos. Cabe preguntarse si la seguridad de los navarros está en manos de la CHE o, por no ir tan lejos, si son suficientes los recursos de un ayuntamiento en casos como éstos. Da la sensación de que el Gobierno de Iruñea reparte exigencias tardías tras varios días de ver cómo subían las aguas.