Si la palabra del fiscal general del Estado es buena, la jornada de hoy deparará una coincidencia de lo más desafortunada. Así, el mismo día en que se oficializará la convocatoria de las elecciones locales y forales, mediante la publicación de los decretos en que se llama a los ciudadanos de Hego Euskal Herria a elegir a sus representantes, se conocerá la doble formulación por el Ministerio Fiscal español y por la Abogacía del Estado de la demanda de ilegalización del partido político Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB). Convocatoria a las urnas y veto reiterado a un sector político no casan bien, y menos con el actual momento político.

Y lo que choca completamente con un proceso para alcanzar un escenario democrático es que cuando sólo ha pasado una semana desde la inscripción de una nueva formación en el registro del Ministerio de Interior español y cuando la izquierda abertzale ha hecho saber mediante un acto multitudinario en el BEC que su iniciativa política no mira en exclusiva hacia los comicios de mayo, sino que busca sacar del atolladero en que se encuentra el proceso de paz, la Abogacía y la Fiscalía del Estado sean utilizadas para apuntalar la política de la prohibición.

Si, como todos dan por seguro, ambas instituciones ligadas al Gobierno del Estado impulsan decididamen- te el proceso para dejar a ASB fuera de juego -y no sólo del juego electoral- se estará invitando al Tribunal Supremo a perseverar en una vía que impide la igualdad política y, por tanto, hace del todo imposible la construcción de un modelo de diálogo resolutivo que precisa, necesariamente, del concurso de todos los agentes políticos y sociales de Euskal Herria.

Aunque algunos partidos se han conducido con una frivolidad increíble en esta cuestión, no asistimos a una reedición de lo ocurrido en anteriores citas electorales. Que nadie olvide una cuestión fundamental: la formación amenazada de ilegalización cumple al cien por cien con la Ley de Partidos. Si ni ese estrecho margen existe, gana terreno la peor hipótesis: la que arroja oscuras dudas sobre la viabilidad misma del proceso.