Un total de 381 personas murieron y otras 565 sufrieron heridas en apenas cuatro días, durante los duros enfrentamientos en Mogadiscio entre insurgentes islamistas y fuerzas gubernamentales apoyadas por tropas etíopes, según informó ayer una organización local de defensa de los derechos humanos.

Sudan Alí Ahmed, presidente de la organización de defensa de los derechos humanos Elman, el balance podría ser aún mayor, ya que no se incluyen las víctimas etíopes.

Según explicó Alí Ahmed, para realizar este balance se tuvieron en cuenta fuentes médicas, datos procedentes de cementerios y de residentes de Mogadiscio. La mayoría de las víctimas eran civiles, añadió.

Se considera que los enfrentamientos vividos en Mogadiscio la pasada semana son los peores de los últimos quince años, un periodo caracterizada por la existencia de cruentos combates en Somalia.

El Gobierno somalí, apoyado por las fuerzas etíopes, pidió ayer a los civiles que vivan en zonas conflictivas de Mogadiscio que abandonen sus casas antes de que comience otra posible ofensiva militar contra la insurgencia islamista.

El anuncio tuvo lugar un día después de que el clan Hamiye, uno de los grupos tribales más importantes de Somalia y vinculado a los insurgentes islamistas de la Unión de Tribunales Islámicos, informara de la renovación de la tregua con los militares etíopes que colaboran con el Gobierno provisional somalí.

Sin embargo, el viceministro somalí de Defensa, Salad Alí Jelle, explicó que su Gobierno no reconoce el alto el fuego negociado entre el Ejército etíope y los ancianos tribales y pidió a los civiles que abandonen las casas en zonas conflictivas.