A apenas 20 días de la primera vuelta de las presidenciales francesas, el candidato de la derechista UMP se presentó como «el defensor de la Francia exasperada por la inmigración no asimilada y que pone en cuestión la identidad nacional», al tiempo que alertó de una posible «explosión social».

«La Francia exasperada existe. ¿Y quién la exaspera? La contestación de la identidad nacional por una inmigración no dominada, por el fraude y por el despilfarro», declaró Sarkozy -paradójicamente descendiente de inmigrantes húngaros- durante la presentación de su libro «Ensemble (Juntos)», que recoge su proyecto presidencial.

El libro, en cuya portada destacan los colores de la bandera francesa, simboliza el esfuerzo de Sarkozy de centrar la campaña en la «identidad nacional», un mensaje tradicionalmente difundido por el ultraderechista Jean-Marie Le Pen (FN).

«¿Quién no ve la relación evidente que existe entre la política de inmigración no asimilada de hace 30 ó 40 años y la explosión social de nuestros barrios? Es algo que salta a la vista», añadió.

De Villepin discrepa

Dominique de Villepin, primer ministro francés y compañero de Sarkozy en la UMP, mostró su discrepancia con el discurso de su candidato sobre inmigración y rechazó la creación de un Ministerio de Inmigración e Identidad Nacional. Pese a ello, señaló que Sarkozy es «el mejor candidato que se presenta».