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Raimundo Fitero

El paraguas

A Josu Jon Imaz le gusta llevar paraguas, chubasquero, botas katiuskas, ropa interior de franela y mucho, pero mucho parapeto mediático. ETB sigue marcando estilo. Primero saca a sus redactores jefes, Ibarretxe, Imaz, que hablan de algo que ha dicho alguien en algún lugar y posteriormente, cuando ya han pasado sus segundas opciones, léase Begoña Errasti, o cualquier otro que diga algo a favor de su discurso, sacan de costadillo el documento al que ya han contestado. Es el más puro academicismo de Urdaci. La noticia para ETB es que Ibarretxe e Imaz hablan con micrófono inalámbrico repitiendo un discurso agotado. La entrevista es para ellos una bicha, el diablo, lo que no deben poner por delante. Están en los momentos más partidistas de su historia partidista. Van a poner todos los medios públicos que pagamos todos al servicio de la anulación de las listas para que puedan seguir desgobernando ellos sin oposición. Este es el paraguas de Imaz.

Veía la entrega de «Aída» y los trapicheos del tabernero metido a político no me sonaban a Cachuli, sino que me venían imágenes mucho más cercanas. Esos modos de comprar votos, me suenan, y no solamente por lo que veo en televisión que sucede o sucedía en Marbella, sino que me huele a tortilla de patatas en los batzokis. Por eso amo tanto esta serie. Me hace reír, me hace pensar, me identifico con sus burradas. Es un plantel de actores que funcionan a la perfección, incluso el último en incorporarse, que es tan insoportable con sus aires de loca desmadrada que acaba encajando, aunque sea por conmiseración. No sé si es un retrato social o político, pero es una serie con muy buenos guiones que toca en la fibra, que no se coloca en la comodidad y que siempre va ahondando en asuntos comprensibles por esa inmensa mayoría que les seguimos los domingos por la noche dándole un primer puesto de audiencias frente a otras opciones mucho más extravagantes. Porque nos querrán vender las intervenciones quirúrgicas para recomponer el cuerpo y alicatar el alma hasta las orejas, pero es un programa chusco, insoportable por sus contenidos y por sus formas. No va a durar mucho. Ni con el paraguas de la publicidad encubierta que lleva.

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