En «Por que lo digo yo», la Keaton se siente libre de correas y asume, nuevamente, el rol de una madre escalofriantemente sobreprotectora que utilizará internet para dar con el novio definitivo de su sufridora madre. Es una lástima que un cineasta tan poco personal como Michael Lehmann se haya decantado por el género de la comedia, porque, visto el ideario de la película, podría haber reconvertido los enredos y la atosigante presencia de la protagonista en un opresivo filme de terror, en el cual la matriarca de tres jóvenes utilizará todas sus dotes para teledirigir la vida de sus sufridas pupilas, en concreto, el destino del personaje que encarna la actriz y cantante Mandy Moore.

Tal y como suele ocurrir en este tipo de proyectos, será la infatigable Celestina la que, finalmente, caiga en su propia trampa cibernética y se enamore, lo que convulsionará definitivamente el corral de gallinas en que convirtió su hogar. Carente de ingenio e interés, esta comedia romántica se esmera en hacer que la concurrencia disfrute con los enredos y situaciones que sufrirá la protagonista en su intento por reconducir vidas ajenas.