Carlota Alfaro Ortega Miembro de la Asociación Pro Derechos de los Animales
La tragedia de Semana Santa
Recién pasada otra Semana Santa, quería hablar de una problemática que se da con una mayor intensidad en estas fechas: los animales abandonados.
En general la historia suele ser muy parecida. Una Navidad o un cumpleaños, a alguien se le ocurre regalar un animal a un familiar o al niño de la casa. Después del primer mes, el niño se cansa y la familia no sabe qué hacer con el perro, lo que lleva a una situación de frustración y a un animal medio abandonado, ya que la familia no quiere encargarse de sacarlo a la calle, es una responsabilidad que nadie acepta. Hasta que llega Semana Santa o verano y la familia se va de vacaciones. En ese momento decide, en el mejor de los casos, llevarlo a una protectora o, en el peor, dejarlo en cualquier cuneta.
Lo que pretendo, en realidad, es hacer reflexionar a la gente y que se dé cuenta de que un animal es una gran responsabilidad que puede durar hasta 15 años. Si no va a ser posible atenderlo como es debido durante ese tiempo, lo mejor es no aceptarlo, para no llegar a situaciones verdaderamente penosas para ellos.
Además, si la gran mayoría de perros estuviesen esterilizados, no pasarían todos estos problemas. Otras veces al niño o a la niña le gustaría tener perritos y los padres cruzan al perro o perra, con lo que vienen al mundo entre tres y nueve vidas más que hay que colocar como sea, quitando el sitio a otros perros que podrían ser acogidos en esos hogares. Si no encuentran un hogar, suelen acabar en una protectora o en la cuneta.
Por supuesto, no tengo ni que decir que el hecho de comprar animales sólo aumenta esta problemática, ya que por el hecho de crear un negocio los criadores, que ganan tanto dinero con ello, van a obligar a las hembras a tener el mayor número de camadas posibles, trayendo perros al mundo sin saber cuál va a ser su destino.
Espero que todos reflexionemos un poco sobre esta problemática e intentemos solucionar un problema que está en manos de todos.