El mayor espectáculo freeride del sur de Europa, El Dorado, ya se ha convertido en un gran clásico; sus once años así lo atestiguan. La escasez de nieve obligó a los organizadores a retrasar un mes esta competición en la que participan cuarenta de los mejores riders del Estado español. Según la organización, «decidimos esperar al gran día, a las mejores condiciones, pero finalmente no ha habido suerte. Durante estos últimos once años hemos tenido de todo; incluso las ediciones del 2000 y 2002 las tuvimos que suspender por falta de nieve. La del año pasado, por ejemplo, tuvo sus contratiempos porque la visibilidad era bastante mala. Y esta última edición tampoco ha sido un lujo».

El Dorado nacía en 1977 con un objetivo muy claro: la competición no debía reducirse a dar saltos en un pipe o simplemente pasar puertas. No, la idea era buscar el alma de este deporte: el freeride, es decir, la búsqueda de la gran línea sea por crestas o corredores en las montañas más espectaculares. Así, siempre se buscan las mejores condiciones para el desarrollo de las competiciones, siendo lo más importante la orientación de las cimas y el estado de la nieve. De esta forma, al igual que en las dos últimas citas, los participantes jugaron en las laderas del sector Arcalís, que son muy propicias por su orientación norte y noroeste.

El festival tiene que ser completo, y por ello, la organización localiza las mejores cimas y vertientes para que los riders puedan descender por sus crestas y canales. Las evoluciones de los participantes son seguidas por los jueces que evalúan la técnica, línea de bajada, fluidez y el control del rider.

Tiempo inestable

En total, la competición reunió a los mejores freeriders del Estado español para realizar las bajadas más extremas posibles. Y, cómo no, la espectacularidad de los descensos no defraudó. Un año más, los participantes demostraron su habilidad sobre las tablas para bajar impresionantes pendientes desde las más altas cimas. El resultado fueron espectaculares descensos fuera de pista donde cada rider expresó en plena bajada su creatividad y dominio del esquí, el snowboard o el telemark. Cortados, saltos y rocas, todo vale en esta competición para encontrar el descenso soñado.

Como adelantábamos anteriormente, las condiciones climatológicas determinaron el desarrollo de El Dorado; fue una edición inusual por el mal tiempo. A primera hora del sábado participantes y organización examinaron las zonas establecidas para la competición prevista. Una vez valorado el tiempo y la previsión de la meteorología, se acordó de forma unánime realizar una Expresión Session. Los riders descendieron por los canales de La Bassera del sector Arcalís. A pesar de los repentinos cambios de tiempo, se pudo disfrutar de una gran jornada con descensos brillantes y con saltos de hasta 360 grados. Visto que el tiempo y las condiciones no mejoraban, de las tres jornadas previstas para la competición sólo puntuó una de ellas. Para decidir los ganadores de la edición 2007, los jueces valoraron las actuaciones de los riders durante la Expresión Session del sábado 31 de marzo. El reconocimiento de los jueces fue para los esquiadores que destacaron por su persistencia, por su forma física, por ser su primera edición y por su elegancia, técnica y agresividad en las líneas de descenso. De nuevo el mal tiempo fue el protagonista del domingo, impidiendo que los participantes pudieran llevar a cabo sus actuaciones.

En cuanto a los resultados, en la categoría masculina de snowboard ganó David Pujol, el campeón de las cinco últimas ediciones. Segundo fue el veterano Gonzalo Melero y tercero el joven Enric Berga. En chicas, Laura Pons se hacía con su tercer triunfo en El Dorado y Marta Gil quedó en segunda posición. Joan Sabater se llevó el título en esquí masculino, seguido de Rubén Blanco, Dani Fornell y el paralímpico Edu Carrera. En féminas la veterana Juliana González se subió a lo más alto del podio seguida de Laura Arisa. Y en telemark, Tomás Testillano y Raquel Bau fueron los mejores