El macizo de Izarraitz ofrece una amplia variedad de opciones de accesos. Las más populares son las que arrancan de Azpeitia, Azkoitia y Aittola, pero la vertiente de Zestoa, aunque menos frecuentada, ofrece también un ascenso atractivo para el montañero.

Desde el núcleo de Zestoa descendemos con el coche hasta el antiguo puente que cruza el cauce del Urola. Justo en la otra orilla, merece la pena detenerse frente a la monumental fuente de Lauiturri, de 1792. Dejando a la derecha el cruce que lleva a la réplica de la cueva de Ekain, abordamos una estrecha carretera que nos lleva después de casi cuatro kilómetros hasta el caserío Ondarbaso (469 m).

Unos cien metros antes del caserío encontraremos espacio adecuado para aparcar el coche sin molestar a sus moradores. Proseguimos por una pista amplia en ligero ascenso que nos sitúa poco después (10 min) en una encrucijada de caminos. Observaremos en este punto un indicador que sugiere varios rumbos balizados. No seguiremos ninguna de estas propuestas. Abordaremos por derecho un sendero con fuerte inclinación que nos adentra en el bosque de coníferas. Tras un sesgo a la izquierda, cruzamos una cerca y confluimos en una pista. Continuaremos durante unos minutos por ella, constatando que el sendero va estrechándose paulatinamente hasta salir a otra pista tras salvar un cercado (15 min).

Por esta ancha pista continuaremos cómodamente, atentos porque pronto nos aproximaremos a un importante cambio de dirección. Trazando un sesgo de 180º, se abre a nuestra izquierda un ramal. Sobre una placa rocosa veremos pintada la confirmación de la dirección que nos llevará hacia las alturas de Izarraitz. Ascendemos ahora por un bosque de coníferas de alto porte describiendo algunas lazadas. Pasamos junto a una pequeña charca. Algunos paneles de madera confirman el correcto sentido de nuestros pasos.

El camino se convierte en un hermoso sendero tallado en la piedra que va ganando altura y prestancia paulatinamente. Cruzamos junto a las ruinas de una borda. Queda atrás un bosquete de cipreses y emergemos a terreno despejado. Frente a nosotros podemos ya contemplar el modesto cordal que une Kakuta con Aizpeltzeko gaina, bajo el cual discurrirá nuestro itinerario de regreso.

En un raso, el sendero se desdibuja momentáneamente. Ganamos un poco de altura y volvemos a encontrarlo, ya asentado y calzado sobre lechos de grandes bloques calizos. El tramo siguiente resulta sumamente bello por la solera que desprende la antigüedad de la ruta. Algunos árboles derribados por los temporales nos cortan intermitentemente el paso.

Seguiremos por esta placentera calzada hasta que en una curva veamos despejado el espacio a nuestra izquierda. Si alzamos la vista veremos ya sobre nosotros la cruz que corona la cumbre de Erlo, hasta la que llegamos siguiendo la evidencia del terreno.

Cima de Erlo (1.027 m - 1h 40 min). La vista se nos cae repentinamente hacia el valle del Urola, en tanto que hacia el norte emergen los agrestes contrafuertes calizos de los cordales costeros.

Descendemos hacia el SO, hasta situarnos bajo la cumbre de Kakuta, identificable por su gran cruz. Enlazamos aquí con la transitada ruta que llega desde el aparcamiento de Aittola. Dejando a la derecha la majada de Izki Iturri, seguimos por la pista perdiendo altura. Llegaremos así sin ninguna dificultad a confluir con la carretera de Madarixa a Lastur (2h 45 min).

Al otro extremo del aparcamiento observaremos la existencia de un poste indicador. Estamos enlazando con el PR GI 137 que se dirige hacia Zestoa. Nos internamos en el bosque siguiendo el balizaje. Algunos troncos derribados por el temporal nos dificultan el avance. Emergemos pronto frente a los pastizales del caserío-restaurante Aittola Zar (476 m). El paisaje presenta desde aquí una bravura admirable. Pasamos al lado del enorme edificio y, junto a la ladera, cruzamos una langa que inicia el descenso entre pastizales hacia la barranca de Goltzibar. Nos engulle pronto el bosque. Atentos a las marcas blancas-amarillas, seguimos perdiendo altura hasta alcanzar el fondo del barranco tras describir un marcado arco.

Ayudados por la referencia del balizaje, desembocamos en una pista de grava que nos lleva hasta el caserío Goltzibar. Más adelante, teniendo a la izquierda los vestigios de una cantera abandonada, llegaremos a Eskapaio Iturria (3h 55 min - 320 m). Una cancela nos corta el camino y, junto a ella, un poste indicador que nos dará la opción de regresar a nuestro punto de partida. Para ello, tendremos que abandonar la barranca que desciende directamente a Zestoa y, cruzando un portillo, iniciar un fuerte ascenso por un sendero estrecho. Hay que permanecer atentos al balizaje, que describe varios giros imprevistos hasta alcanzar el trazado de una amplia pista. Siguiendo por ella enlazaremos con el camino de ascenso, ya en las inmediaciones del caserío Ondarbaso (4h 15 min).