La rápida sucesión de acontecimientos que marcan el proceso político vasco hace que, en algunas ocasiones, lo excepcional adquiera un peligroso aire de normalidad. Desde ayer se repite una imagen, la de ciudadanos vascos personándose en ayuntamien- tos y notarías para dar su apoyo a una agrupación electoral. A las puertas de una nueva cita electoral, la izquierda abertzale protagoniza otro ejercicio de movilización cívica, contemplado en la ley, pero cuya práctica no puede entenderse como una libre elección. De hecho, con sólo mirar al registro de partidos políticos se puede encontrar un buen número de marcas electorales que difícilmente podrían atesorar un respaldo social y una actividad equiparable ni de lejos con el sector político que se activa hoy, pueblo a pueblo, para poder elegir a sus representantes el 27 de mayo. La razón de la presencia de esas formaciones en el censo de partidos es evidente: esa inscripción no requiere del esfuerzo de reunir las firmas que avalen la correspondiente agrupación de electores. La vía que, forzada por la amenaza de no legalización de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB), debe surcar la izquierda abertzale es una vía muy exigente y que, en este caso, ni siquiera garantiza que al final pueda estar en las urnas.

Desde ayer y hasta el día 23 de abril se producirá, por tanto, una movilización que debe ser entendida como una demostración de compromiso con el logro de un escenario en el que todas las opciones estén presentes en pie de igualdad. Miles de ciudadanos se movilizan porque quieren participar en la vida institucional del país. Nadie debería desdeñar ese esfuerzo, a sumar a otros pasos anteriores para relanzar el proceso político. Bueno sería que, en vez de hacer quinielas sobre si estará y cómo la izquierda abertzale, los candidatos que no tendrán que superar escollo alguno para estar en estos comicios aclararan a la ciudadanía qué van a hacer para que el 27-M se pueda realmente elegir. Ni lo que ocurra con las candidaturas ni luego en las instituciones depende en exclusiva de la izquierda abertzale.