El director del Organismo Iraní de Energía Atómica, Gholam Reza Aghazadeh, dijo ayer que su país tiene «todo planificado» para instalar 50.000 centrifugadoras en la planta de enriquecimiento de Natanz, según informó la agencia Irna.

Aghazadeh aseguró que el objetivo de la República islámica «no es sólo la instalación de 3.000 centrifugadoras» en la planta de Natanz y subrayó que han «planificado todo para instalar 50.000 centrifugadoras».

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció el lunes en Natanz que su país había logrado la producción de combustible nuclear a nivel industrial, para lo que necesitaría al menos 3.000 centrifugadoras en funcionamiento.

«Cuando decimos que hemos entrado en una escala de enriquecimiento industrial, no hay vuelta atrás», declaró Aghazadeh, quien explicó que «la instalación de centrifugadoras crecerá paulatinamente hasta llegar a una fase en la que se pongan en funcionamiento las 50.000 centrifugadoras».

Por su parte, el principal negociador nuclear iraní, Alí Lariyani, confirmó que sus científicos habían inyectado ya gas exafluorido de uranio (UF6) en 3.000 centrifugadoras instaladas en el subsuelo de la central de Natanz, en 18 cascadas de 164 unidades cada una.

Con 50.000 centrifugadoras en funcionamiento, lo que, según los expertos, requeriría todavía entre uno y dos años, Irán podría producir suficiente combustible nuclear para sus centrales atómicas de producción de electricidad. Pese a que Irán ha manifestado repetidamente que su programa nuclear tiene objetivos estrictamente civiles, desde el exterior se alerta de que con este número de centrifugadoras también podría fabricar cabezas nucleares destinadas a misiles.

Irán ya había afirmado el pasado año que tenía previsto instalar 50.000 centrifugadoras en Natanz, pero el anuncio de ayer confirma su determinación de proseguir con su programa nuclear, pese a las resoluciones de la ONU que le instan a suspenderlo.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), mientras, rechazó ayer en Viena pronunciarse sobre el nuevo anuncio iraní. Un portavoz de la agencia nuclear de la ONU dijo a Efe que los expertos del organismo no pueden pronunciarse sobre el asunto «por una cuestión de confidencialidad».

«Estamos a la espera de instrucciones», agregó el portavoz del organismo dependiente de la ONU sin dar más detalles.

Dudas de la OIEA

Sin embargo, otra fuente cercana al OIEA señaló a la agencia española que era «improbable» que Irán pueda producir uranio enriquecido a nivel industrial, tal y como anunció el lunes Ahmadineyad. Hacía referencia a la puesta en marcha de las 3.000 centrifugadoras.

Rusia, socio tecnológico del programa nuclear iraní, también se mostró cautelosa ante el anuncio de Ahmadineyad. Así, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores aseguró que todavía no ha recibido ninguna confirmación oficial por parte de Teherán del anuncio realizado el lunes en Natanz.

El portavoz de Exteriores, Mijail Kamiyin, aseguró ayer en un comunicado que «Rusia no sabe de ningún reciente gran paso adelante tecnológico en el programa nuclear iraní que cambie el formato de sus esfuerzos de enriquecimiento».

«No tenemos una confirmación todavía de que hayan comenzado ya a enriquecer uranio en la nueva escala», confirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, a los periodistas, según las agencia de noticias rusas.

Moscú hizo un nuevo llamamiento a Teherán para que «solucione todos sus problemas» en relación a su programa nuclear en el seno de la OIEA y «por la vía de la negociación».

EEUU, el más radical opositor al programa nuclear iraní, se declaró «muy inquieto» por el anuncio de Ahmadineyad e instó a ejercer «una presión creciente» contra Teherán, mientras que Gran Bretaña considera estos anuncios como «una nueva violación de las resoluciones de la OIEA y de la ONU».

El Consejo de Seguridad de la ONU reclamó a Irán el cese de su programa nuclear y, además, le impuso sanciones económicas. Junto a ello, le impuso el plazo del 23 de mayo para renunciar a la energía atómica.

Sin embargo, el jefe de la diplomacia iraní, Manucher Mottaki, destacó ayer que «la suspensión del enriquecimiento no es aceptable como condición previa para negociar ni como resultado de estas conversaciones» e instó a los miembros del Consejo de Seguridad a «aceptar la nueva situación».