Allan Davis se siente integrado y «muy a gusto» en Euskal Herria. Es el australiano de Oiartzun. Bajo la protección de Neil Stephens, se instaló en la localidad guipuzcoana hace años y desde la semana pasada está acompañado por su hermano Scott, profesional en el T-Mobile y que también disputa la Vuelta al País Vasco. Segundo en la Milán-San Remo, espera luchar hoy por el triunfo en Gasteiz y en las próximas clásicas.

Ofrece una estampa inusual en la salida de Urretxu. Los dos días ha disfrutado de la compañía de su familia, su mujer y sus dos hijos, Brooklyn y Harrison, y su cuñada y su hermano Scott. Nos atiende mientras toma un café rodeado de los suyos. Se le ve feliz y con la moral recuperada, después de la desaparición del Liberty. En 2007, defiende los colores del Discovery Channel de Johan Bruyneel.

Davis responde con un «bai!» cuando le preguntamos si se encuentra a gusto en Oiartzun. Nos adelanta que espera seguir muchos años más. «Estamos contentos y muy a gusto, para nosotros es nuestra segunda casa porque la mayoría del año vivimos en Oiartzun». Nos dice que Brooklyn, de cinco años, acudió durante dos años a la ikastola pero que ahora estudia en un colegio inglés de Donostia -Harrison tiene un año-.

Recuerda que Stephens fue su guía a su llegada a Euskal Herria y nos revela que su mentor ha sido padre por tercera vez. Suelta una carcajada cuando le preguntamos si su objetivo es empatar con su amigo en el número de hijos. «Tenemos una buena vida», confiesa. Tanto que su hermano Scott y su cuñada se trasladaron a Oiartzun la semana pasada.

Por eso, dice que disputa «la carrera de casa», lo que multiplica sus ganas. «Me alegra mucho correr en casa, por eso me gustaría ganar mañana -por hoy-, y lo quiero intentar».

En la Milán-San Remo, sólo Freire pudo con el australiano. El segundo puesto fue un impulso moral. «Era un objetivo personal, el primero de este año, y casi gano. Espero conseguir más resultados así».

«Única opción» en Gasteiz

En la Vuelta al País Vasco, asume la dureza de la carrera y revela que su «única opción» es hoy en Gasteiz, aunque arrastra unas molestias en el tendón. «El inicio ha sido muy duro», afirma. De hecho, ayer llegó el 170º a más de 18 minutos. «Si estoy bien, voy a intentar el máximo mañana -por hoy-».

Su siguiente objetivo son las clásicas, Amstel, Flecha y Lieja. «Quiero llegar bien porque espero conseguir algo». Davis apunta, «sobre todo», a la Amstel y también se ve «con posibilidades en la Flecha». «Tengo muchas ganas. Cada semana me encuentro mejor y espero seguir esta línea», asegura.

Afortunadamente, Bruyneel rescató a Davis, y al igual que a Basso o Contador, le reservó un puesto en el Discovery. «Tenían interés el año pasado, desde que en Liberty empezaron los problemas. Johan me llamó a finales de este año y firmé el contrato a principios de 2007».

Como muchos de sus compañeros, finalizó la temporada 2006 antes de lo previsto, en su caso en la el Tour de Suiza en junio. «No fue normal pero ya he recuperado la confianza al 100%. Fue mucho tiempo sin correr y lo noté en las primeras pruebas, pero ya tengo el ritmo de carrera», explica.

Su reto en 2007 es dar un salto cualitativo. El segundo puesto en San Remo no es más que un paso más. En 2005 ya fue quinto en el Mundial y el año pasado tercero en Hamburgo y París-Tours. A sus 26 años acumula una quincena de triunfos pero le falta rematar en una gran carrera. «Ya he estado varias veces cerca. Tengo años por delante y ojalá dentro de un año pueda cambiar esos puestos por victorias».