GARA > Idatzia > Editoriala

Islamismo armado en «países seguros»

En febrero fue la explosión en un cibercafé de Casablanca, ciudad en la que se llevó a cabo este martes una operación policial que se ha saldado, hasta el momento, con cuatro islamistas y un agente marroquí muertos. También en febrero, cuatro ataques simultáneos contra comisarías de Policía en la Kabilia argelina provocaron trece muertos. Esas acciones eran asumidas por una antigua organización salafista, rebautizada ahora como Brazo Armado de Al Qaeda en el Magreb, la misma que reivindicó ayer tarde las dos explosiones registradas horas antes en el Palacio de Gobierno y en una comisaría de la capital argelina, causando al menos 24 muertos.

El Gobierno de Marruecos no perdió la ocasión de reclamar ayer una política común del Magreb para afrontar la «amenaza terrorista», obviando que los países que integran la UMA (Argelia, Marruecos, Libia, Mauritania y Túnez) mantienen ya una activa colaboración en esta materia. De hecho, el atentado en Argel coincidía con una reunión entre las autoridades argelinas y libias para mejorar la vigilancia de sus fronteras. Ello por no hablar del alto presupuesto dedicado a la seguridad por regímenes como el tunecino o el mauritano, referencia obligada de organismos de derechos humanos por su constante violación de las libertades políticas.

El cambio de estilo de la Monarquía alauita parece bastar a sus aliados tanto en Europa como en Estados Unidos, dado el papel clave de ese país en tanto que barrera a la expansión del islamismo y también al desembarco de la pobreza desde Africa hacia Europa. Poco importa si por tales fines se sacrifica el derecho internacional en Sahara. ¿Y qué decir de Argelia, donde el Ejército dio un golpe para reconducir la victoria islamista en las urnas, dando paso primero a una década de sangría nacional y desde 1999 a la dictadura de Buteflika?

Aliados estratégicos y «países seguros» para los inversores, en gran parte del Magreb rigen sistemas de poder tutelados por élites corruptas que privan a la mayoría de la población de la riqueza de que disponen sus países; riqueza que, hoy como en la era colonial, llena bolsillos situados en la orilla norte del Mediterráneo. No cabe obviar esa realidad de amenaza constante a la paz y a la democracia -que antecede en décadas al desafío armado islamista- al analizar los nuevos peligros que amenazan al «patio trasero» de Europa.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo