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Barredo recibe un máster de bettini en el quick step

A sus 25 años, Carlos Barredo cumple su sueño en el Quick Step. No es para menos. Ama las clásicas y está «en el mejor equipo del mundo" en las pruebas de un día. Al lado de Bettini, Boonen o Van Petegem. «Es increíble", señala. Aprende miles de detalles que espera tengan su recompensa en el futuro. El martes fue protagonista y a partir de la próxima semana será gregario de su maestro Bettini. Está encantado.

Unai IRARAGORRI

Sus actuaciones en las grandes clásicas, siempre combativo, no pasaron desapercibidas, y el Quick Step llamó a su puerta. «El amor que siento por estas pruebas y lo que suponen para mí tuvo su recompensa al final, y ahora creo que estoy en el mejor equipo del mundo en las clásicas, por lo menos».

Barredo fichó por el conjunto belga porque Liberty desapareció como consecuencia de la Operación Puerto. «El año pasado fue muy complicado, yo, personalmente, lo pasé muy mal porque estaba muy a gusto con la estructura y Manolo -Saiz- y quería continuar, pero todo se fue al traste. En cuanto me llamó el Quick Step llegué a un acuerdo con Manolo y firmé un precontrato».

«Mi máxima aspiración era Quick Step porque tengo de compañeros a Bettini, Boonen, Van Petegem y es donde más puedo aprender... Es algo increíble», dice.

Está loco por las grandes clásicas. «A mí, el corazón me dice que me gustan más Flandes y Roubaix. Pero soy consciente de que en Roubaix con, 61 kilos, lo tengo difícil. Flandes sí quiero disputar. Este año estuve a punto de entrar en el equipo y el año que viene quiero que sea mi primer gran momento».

Y es que ganarse un hueco en los ochos de las grandes clásicas es muy complicado en el Quick Step. «La competencia es grande», confirma, «al igual que lo era en el Liberty entrar en el equipo del Tour o de la Vuelta».

Por ahora, disputó «con mucha ilusión» la Milán-San Remo y tiene confirmada su presencia en las próximas. «En Amstel, Flecha y Lieja, tengo que estar al lado de Bettini todo lo que pueda».

El actual campeón del mundo ha acogido a Barredo bajo su manto, y el ovetense es una esponja. «Son pequeños detalles que cuando sumas todos suponen un salto de calidad. Al lado de Bettini aprendes muchísimo. En Tirreno-Adriático estuve todo el día pegado a él y me decía: «sube, baja desarrollo, déjate caer para ahorrar...» Miles de detalles que tras 250 kilómetros marcan la diferencia».

La afición de Barredo por las clásicas flamencas es de siempre. «Desde crío me gustan y me llaman la atención, por el espectáculo y la afición que hay. El año pasado estuve 15 días antes de Flandes entrenando y ya montaban las carpas, limpiaban los muros... Es algo impresionante».

Por otro lado, Barredo lamenta las consecuencias de la Operación Puerto y estima que el daño que ha hecho es irreparable. «Fue una caza de brujas contra dos personas pero por medio se cargaron a 76 personas del Liberty y cuarenta y pico del Comunidad Valenciana. Los jóvenes nos fuimos recolocando, pero muchos veteranos se quedaron en la estacada».

Contacto con Saiz

Su relación con Saiz es buena y mantiene la relación. «Ver en la televisión a sus ex corredores delante es lo que más rabia le da, y recuerda que le han deshecho su equipo. Esperemos que Manolo pueda estar otra vez pronto en el mundo de ciclismo».

«Se le ve pasando un momento difícil, pero pienso que se puede reponer si no le da más palos la vida. Él quiere y desea regresar al pelotón profesional. Esperemos que sea así por el bien del ciclismo porque al final significaría una estructura más», adelanta.

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