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«Después de la boda», el largo viaje de la India a Dinamarca

La nominación al Oscar de Mejor Película de Habla No Inglesa conseguida con «Después de la boda» le ha valido a la realizadora danesa Susanne Bier su salto a Hollywood. Escrito junto con su colaborador habitual, Anders Thomas Jensen, es un drama que contrapone el presente y el pasado dentro del distanciamiento emocional y la división de clases. El protagonista es Mads Mikkelsen, un actor danés que empieza a ser habitual en repartos internacionales.

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

A pesar de haber coincidido en una etapa indagadora de su filmografía con el movimiento Dogma, la realizadora danesa Susanne Bier no se atiene a reglas fijas y está abierta a una constante evolución que la ha llevado hasta Hollywood.

Ha tenido la suerte de dirigir a Halle Berry y Benicio del Toro en «Things We Lost in the Fire», y será muy interesante comprobar cómo adapta su estilo introspectivo de drama nórdico a los gustos del mercado anglosajón. El paso previo para acceder a esa experiencia internacional ha sido la nominación al Oscar por su anterior realización danesa, «Después de la boda», película que cuenta con el protagonismo de Mads Mikkelsen, otro de los nombres propios de esa filmografía por el que se interesan vivamente en la fábrica de sueños.

Ya sabe lo que es rodar en inglés, si bien a costa de pasar por villano, que es como ven a los intérpretes escandinavos en las grandes superproducciones. La imagen de malvado que ha dado en «El rey Arturo» o en «007 Casino Royale» es muy distinta de la que luce en las películas de su país, de ahí que sorprenda tanto su papel filantrópico en «Después de la boda».

Mads Mikkelsen encarna a un cooperante que trabaja en la India con los niños de la calle, pero que depende de la búsqueda de un mecenas para salvar de la ruina al orfanato con el que colabora. La necesidad por recaudar esos fondos imprescindibles le lleva hasta un millonario danés que, a cambio de la ayuda, le hace entrar en contacto con su familia sin que pueda negarse a acudir a la boda de la hija del futuro benefactor. El acontecimiento nupcial le descubrirá la identidad de la esposa del magnate, resultando ser una antigua amante suya.

En ese punto neurálgico de la narración lo social se entremezcla peligrosamente con lo personal, dada la distancia de clase que en el momento presente separa a dos personas que en otro tiempo fueron pareja y hasta pudieron llegar a plantearse una vida en común.

Un argumento así podía haber dado lugar perfectamente a un folletín televisivo, pero esa sólo es la capa superficial de una interiorización más profunda en el comportamiento humano. Susanne Bier y su guionista habitual, Anders Thomas Jensen, al igual que hicieran en «Te quiero para siempre» o «Hermanos», construyen la historia sobre el seguimiento exhaustivo de los personajes y sus complejas relaciones.

Esta vez, además, la realizadora danesa apuesta por una cámara inquisitiva que retrata a los protagonistas en primerísimos primeros planos, con especial fijación por las miradas, según la creencia de que los ojos nunca mienten.

Resulta un buen método para adentrarse en una opaca trama familiar, abundante en mentiras y secretos guardados por encima de cualquier supuesta entrega emocional a los demás. Otro de los empeños de Bier ha sido el de tratar las diferencias económicas con realismo y una absoluta equidistancia, a fin de no caer en maniqueísmos. No ha querido acentuar la pobreza de la India, ni ha optado por exagerar la ostentación de la alta burguesía danesa, con tal de que no parezca que la existencia en el tercer mundo ha de ser forzosamente peor que la del mundo desarrollado.

Conocida es la preocupación de los países nórdicos por desvelar las razones por las que no hay una relación directa entre un mayor nivel de vida y la felicidad. Una constante en el cine de una realizadora de dramas intensas es que para el espectador meridional pueden resultar fríos o excesivamente racionales. Desde un punto de vista objetivo sí son de verdad opresivos, y eso que, en un principio, Bier y su colega tenían la intención de escribir una comedia que comenzase con una boda.

SIN EXAGERACIONES

La directora Susanne Bier no ha querido acentuar la pobreza de la India ni ha optado por exagerar la ostentación de la alta burguesía danesa, con tal de que no parezca que la existencia en el tercer mundo ha de ser peor que la del mundo desarrollado.

Estreno

Dirección: Susanne Bier.

Guión: Anders Thomas Jensen y Susanne Bier.

Intérpretes: Mads Mikkelsen, Sidse Babett Knudsen, Rolf Lassgard, Christian Tafddrup.

País: Dinamarca, 2006.

Duración: 122 minutos.

Género: Drama familiar.

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