Abandonado a su suerte
«Disparando a perros»
«Disparando a perros» es otra película sobre el genocidio ruandés de 1994, cuya decidida denuncia hace hincapié en la pasividad occidental ante el enfrentamiento sangriento entre los hutus y los tutsis.
M. I. | DONOSTIA
«Disparando a perros» es otra película que sigue la estela de «Hotel Rwanda» para denunciar la pasiva actitud occidental en el genocidio de 1994, cuando los cascos azules de la ONU abandonaron el país africano en medio de las matanzas entre las etnias hutu y tutsi.
La mala conciencia residual está en el origen del proyecto, nacido de la iniciativa del productor David Belton, a quien le tocó cubrir la información de los sucesos en calidad de reportero, siendo el primero en reconocer que, cuando las cosas se pusieron verdaderamente mal, huyó del lugar sin mirar atrás, junto con la mayoría de los enviados especiales.
La película supone también una oportunidad de redención cinematográfica para el realizador inglés Michael Caton-Jones, cuya carrera viene siendo de lo más irregular y salpicada de baches comerciales. En este caso, ha contado con la gran ayuda espiritual del veterano actor John Hurt, que para algo encarna a un misionero que dirige una escuela por la que no duda en sacrificarse, aunque las dudas asalten a la comunidad blanca de enseñantes que tiene a su cargo ante el cariz trágico que van tomando los enfrentamientos armados.
La tensión interna afecta a todos, incluido el recién llegado al que da vida Hugh Dancy, obligado por la promesa que hace a la alumna nativa más brillante, papel que recae en Claire Hope-Ashitey, la actriz descubierta por Alfonso Cuarón en la película «Hijos de los hombres». Sin embargo, las palabras del recién llegado no bastarán para ponerla a salvo del peligro que les rodea y contraerá una deuda moral con ella.
«Disparando a perros» ha recibido el Premio del Público en distintos festivales internacionales, lo que indica la buena recepción hacia dramas nada complacientes que sitúan al espectador en una posición incómoda. Todo un paso frente al grado de insensibilidad provocado por las imágenes de los noticieros televisivos que, combinadas con la publicidad o los programas de entretenimiento y evasión habituales, convierten el sufrimiento ajeno en un espectáculo intrascendente.
Dirección: Michael Caton-Jones.
Guión: David Wolstencroft, sobre un argumento de Richard Alwyn y David Belton.
Intérpretes: John Hurt, Hugh Dancy, Claire Hope-Ashitey, Dominique Horwitz, Louis Mahoney, Nicola Wlaker, Victor Power, David Gyasi, Steve Toussaint, Jack Pierce, Musa Masonka Jr.
País: Inglaterra, 2005.
Duración: 115 minutos.
Género: Drama de denuncia.