doble atentado en Bagdad
Los ataques en la Zona Verde y en un puente «vuelan» el plan de seguridad
A pesar del aparatoso plan de seguridad puesto en marcha desde hace más de dos meses en Bagdad, las fuerzas de seguridad iraquíes ya no son capaces de impedir ataques directos de la insurgencia contra el mismo corazón de las instituciones ni contra las infraestructuras básicas de la capital. En los ataques registrados ayer en la cafetería del Parlamento, en la Zona Verde, y contra uno de los principales puentes fallecieron 18 personas y 56 resultaron heridas.
GARA | BAGDAD
La Zona Verde, supuestamente inexpugnable y donde se hallan las instituciones y la embajada de Estados Unidos, se vio sacudida en la mañana de ayer cuando un kamikaze hizo detonar la carga explosiva que llevaba en el interior de la cafetería del Parlamento, donde se habían incrementado las medidas de seguridad con el inusual uso de perros.
La deflagración se produjo en el momento en que varios parlamentarios almorzaban en el interior de la cafetería, según el jefe de prensa de la Cámara, Mohammed Abu Bakr. El jefe de seguridad del Parlamento y de la Comisión de Defensa, Hadi al Amiri, informó de que la explosión se produjo justo después de que los diputados concluyeran su sesión de la mañana y se distribuyeran en comisiones. «Si hubieran podido colocar la bomba dentro de la sala de sesiones, habría sido una catástrofe», añadió el responsable, quien precisó que las tropas se encargan fundamentalmente de la seguridad del edificio y que los explosivos pudieron introducirse entre los suministros enviados al restaurante.
Entre las víctimas mortales figura el sunita Mohamed Awad, del Frente Nacional para el Diálogo, según informó el líder del partido (que cuenta con 11 diputados), Sakeh al Mutlaq. Aunque en las primeras horas posteriores al atentado distintas fuentes apuntaban a que otro de los fallecidos era un diputado kurdo o chiita, finalmente el Departamento de Prensa de la Cámara informó que se trata de Taha al Liheibi, perteneciente al partido suní Frente del Acuerdo Iraquí (que tiene 44 legisladores).
El diputado Mujlis al Zamili, del partido chií Fadhila, aseguró que seis de los heridos eran miembros del bloque chií próximo al clérigo disidente Muqtada al Sadr. El propio Al Zamili fue de los primeros en sugerir que la explosión pudo deberse a un atentado de un kamikaze. «Parece que el ataque fue cometido por un atacante suicida vestido con un chaleco con explosivos», declaró.
El portavoz del alto mando estadounidense en Irak, William Caldwell, confirmó por la tarde a la agencia AP que fue un suicida el que se introdujo en la Zona Verde y allí en el Parlamento, donde detonó la carga explosiva.
El presidente del Parlamento iraquí, Mahmud al Mashadani, ha convocado una sesión extraordinaria para hoy, habitual día de descanso en Irak y los países musulmanes, para expresar su rechazo contra «el desafío que supone este acto terrorista».
Lo cierto es que la explosión puso en evidencia que los milicianos de la insurgencia tienen cada vez más capacidad para golpear en las zonas supuestamente más protegidas.
Numerosos soldados estadounidenses e iraquíes patrullan las calles de Bagdad desde que comenzó, hace nueve semanas, el plan de seguridad en la capital y en las últimas semanas se han reforzado las medidas de seguridad dentro de la Zona Verde, que alberga los principales edificios institucionales y las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Pese a todas estas medidas, el pasado 1 de abril el Ejército estadounidense informó del hallazgo de dos chalecos para cometer atentados suicidas en esta zona del centro de Bagdad.
Asimismo, en marzo un ataque con cohete causó la muerte de un soldado y un contratista estadounidenses, y, pocos días antes, un proyectil cayó a escasos cien metros del edificio en que daban una rueda de prensa nada menos que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.
Más tropas
A pesar de que este atentado se produjo en el corazón de la denomida Zona Verde, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, aseguró que no implica que el plan del Pentágono de incrementar las tropas destinadas en la capital iraquí haya fracasado.
Rice afirmó que era de esperar que «obviamente los terroristas y aquellos que no desean que Irak tenga un futuro democrático y estable» actuaran en consecuencia, y defendió la idoneidad del plan del presidente estadounidense, George W. Bush, de elevar el número de tropas en Bagdad, asegurando que el mismo se encontraba en las primeras etapas.
«Habrá buenos días y malos días en el desarrollo del plan de seguridad», recordó Rice, subrayando que «los mandos continúan realizando sus tareas y trabajando para intentar garantizar una mayor seguridad a los civiles». Para la secretaria de Estado, el ataque de ayer recuerda que el plan «está en su inicio y no en su final».
Diametralmente opuesta fue la visión de uno de los tres dirigentes del Frente del Acuerdo Iraquí (con 44 escaños), Jalaf al Ilyan, quien declaró que «el plan es un fracaso al cien por cien, la explosión indica que la inestabilidad y la falta de seguridad han llegado hasta la Zona Verde, que según el Gobierno está fuertemente protegida», añadió.
Al Ilyan afirmó también que el atentado «fue contra todo el mundo, contra todos los partidos, contra nuestro Parlamento en general por su doble condición de símbolo y de representante de todos los segmentos de la sociedad iraquí».
Horas antes a este atentado, un camión-bomba impactó contra el puente Al Sarafiya sobre el río Tigris y uno de los puentes de acceso al norte de Bagdad. La explosión causó la muerte de al menos diez personas y un boquete en la estructura de acero de esta infraestructura.
El puente, que quedó parcialmente destruido y es uno de los más antiguos de la ciudad, comunicaba dos barrios del norte de Bagdad, Azamiyah, mayoritariamente suní, y Bab Al Muazam, una zona mixta.
Tramos importantes de este puente de acero quedaron totalmente destruidos, junto con varios edificios que se levantan a ambos lados del río. La explosión tuvo lugar poco antes de la hora punta matutina de circulación, según manifestó la Policía.
Contra los kurdos
La gravedad de la situación que se vive en Irak podría verse aumentada aún más si se materializa la «recomendación» realizada ayer por el jefe del Estado Mayor turco, el general Yasar Buyukanit, de ejecutar una «operación transfronteriza en el norte de Irak» para terminar con los militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que operan en la zona y desestabilizan el este de Turquía con sus acciones.
«¿Debería haber una operación transfronteriza contra el norte de Irak? Como soldado diría que sí, debería haber una. ¿Ayudaría en la situación actual? Sí, creo que sí. Pero para ello hace falta una decisión política», manifestó en Ankara el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas en su primera conferencia ante los medios de comunicación desde que accedió al puesto hace ahora ocho meses.
Las medidas de seguridad en los alrededores del Parlamento se habían incrementado con el inusual uso de perros.
Pese a que el atentado se produjo en plena Zona Verde y contra una de las principales instituciones de Irak, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleeza Rice, aseguró que el ataque no supone que haya fracasado el plan del Pentágono.
El camión-bomba contra el puente Al Sarafiya, una de las infraestructuras de acceso al norte de Bagdad, causó la muerte de diez personas y un boquete en la estructura de acero. El puente, uno de los más antiguos de la capital, está parcialmente destruido.
«Con dos meses más» la guerra generada por la ocupación de Irak, donde no había armas de destrucción masiva, podría haberse evitado, afirmó el presidente de la Comisión de Armas de Destrucción Masiva (WMDC), Hans Blix, en una comparencia en Bilbo, donde ofreció también una conferencia para presentar el informe «Las Armas del Terror. Librando al mundo de las Armas químicas, biológicas y nucleares».
En su opinión, este informe interesará «a todos», ya que recoge unas 60 propuestas «para intentar dar una solución» y hacer comprender la necesidad de la no proliferación nuclear, al tiempo que defendió su importancia a la hora de ofrecer directrices sobre «lo que puede hacer el mundo».
Recordó que desde 2003, año en que abandonó su cargo en las Naciones Unidas, está al frente de la Comisión de Armas de Destrucción Masiva, un órgano independiente y financiado por el Gobierno sueco con el que, junto a otros 13 expertos de todo el mundo, ha elaborado el citado informe tras rastrear Irak en busca de este tipo de armas.
En este sentido, señaló que después de realizar «unas 700 inspecciones en 500 emplazamientos diferentes» que los servicios de inteligencia apuntaron como sospechosos no encontraron nada y lamentó que nadie se diera cuenta entonces de que «las fuentes no eran buenas».
Aseguró que «con dos meses más» hubiera dado tiempo «para inspeccionar todos los sitios sospechosos y, quizá, hubiera podido evitarse la guerra», e insistió en que «la razón principal para la guerra ha demostrado ser rotundamente falsa». «No había armas de destrucción masiva», reiteró.
También negó que hubiera «lazos de unión» entre Sadam Hussein y Al-Qaeda, como se argumentó para justificar la invasión de Irak, por lo que consideró probado que «de lo que se trataba era de derrotar a Sadam Hussein».
Para el presidente de la WMDC, cada vez hay más personas «convencidas de que para que no haya armas de destrucción masiva, los países que las tengan tendrán que desarmarse».
En esta línea, señaló que la prioridad para acabar con la proliferación de armas nucleares o biológicas es «la ratificación y entrada en vigor de un tratado de prohibición de ensayos», y apuntó a EEUU como uno de los que debería abanderar esa ratificación, junto con China, Israel, Pakistán, Egipto y Corea del Norte, la vez que señaló que debería ser líder, «junto con Rusia, a la hora de reducir las armas alrededor del mundo».
El jefe del Estado Mayor turco, el general Yasar Buyukanit, recomendó ejecutar una «operación transfronteriza contra el norte de Irak» para acabar con los militantes del Partido de Trabajadores del Kurdistán. Dijo que «ayudaría a la situación actual».