Esta misma semana, ASO, organizadora del Tour, no ha invitado al conjunto sueco-belga a Lieja y Flecha. Un portazo más. Tampoco disputaron París-Niza y Tirreno-Adriático, pero sí Milán-San Remo y la Vuelta al País Vasco. No hay un criterio y su calendario es una incógnita. Y en el Estado francés le impiden competir porque Unibet.com es una casa de apuestas.

Hermans y su equipo viven un día a día insostenible. «Los corredores tienen buenas piernas pero no tienen la posibilidad de competir«, afirma.

El invierno pasado la UCI otorgó una licencia Pro Tour al Unibet, en contra de los criterios de los organizadores. La respuesta no se hizo esperar y la ASO no invitó al equipo a la París-Niza.

«Hicimos un esfuerzo -su presupuesto es de nueve millones de euros- y ahora nos ponen trabas. El equipo no quiere más que correr y no podemos hacer nada, son otras instancias las que tienen que defender nuestros derechos», avanza.

La UCI y las organizaciones llegaron a un acuerdo de mínimos, pactaron invitar a 18 de los 20 equipos Pro Tour y se comprometían a tener buena voluntad con Astaná y Unibet. Los kazajos tienen vía libre, pero el equipo de Hermans sólo se encuentra obstáculos. El Giro ya le ha excluido y el Tour también lo hará.

En cualquier caso, Hermans avanza que no arrojan la toalla y buscan «un acuerdo» con las grandes vueltas. «La última noticia que tenemos es que la UCI y el Ministerio belga nos apoyan. No pintamos nada, es un problema de la UCI que tiene que negociar. Estamos a la espera de lo que nos digan. Nada está seguro y es difícil seguir así».

Las zancadillas se multiplican en el Estado francés. No permiten la publicidad de una casa de apuestas. «Nosotros estamos dispuestos a hacer todo», asegura. Y es cierto. En las primeras carreras, adaptaron su maillot y compitieron con una interrogación, y tampoco les admitían. De nuevo, han mostrado su voluntad, y han cambiado por completo la imagen del maillot y los coches, y Canyon es su patrocinador en el país galo».

Mal panorama

Las últimas noticias también llevan al pesimismo, según nos adelanta Hermans. «Ahora nos han dicho que las leyes de Francia y Bélgica son iguales y que tampoco podemos correr en Bélgica».

Recientemente, el equipo emitió un comunicado en el que advertían de que el futuro de la estructura estaba en peligro: «Esperemos que la UCI encuentre una rápida solución porque si no se encuentra, estamos cerca del final de nuestro equipo».

En la carretera, el Unibet ha mostrado un buen nivel, aunque en la Vuelta al País Vasco tan sólo le quedan cuatro corredores pues están acusando esa falta de competición.

Mateo se encuentra en Euskal Herria como en casa. El holandés, de 44 años, debutó en Orbea y durante cinco años vivió en Gipuzkoa, en Oiartzun y Astigarraga. Zona de sidrerías. «Nada más llegar el sábado, lo primero que hice fue ir a una sidrería, comer unas buenas chuletas y beber un poco de sidra», dice sonriendo. «Tengo muchos amigos aquí», confirma. Durante nueve temporadas de profesional logró 57 victorias, una en el Tour y nueve en la Vuelta. Un trayectoria que espera que tenga Unibet si les dejan.