La subida del IPC o el impuesto que los ciudadanos han de pagar por comer
Según los datos que ayer ofreció el Instituto estatal de Estadística, en el mes de marzo el IPC experimentó una subida de entre 0,6 y 1,3 puntos en Hego Euskal Herria. Dicho aumento se debe a la subida de los precios del transporte, pero también de la ropa e incluso de productos tan básicos como los alimentos frescos o la carne de cerdo y el pollo, y es indicadora del descontrol sobre los precios, algo que afecta directamente a todos los ciudadanos y no parece incumbir en exceso a los políticos. La subida del IPC contrasta con las discusiones, especialmente en la Diputación de Gipuzkoa, sobre la rebaja del Impuesto de Sociedades, impuesto sobre los beneficios empresariales y que en la práctica es inferior al estipulado. Ciertamente, no causa tanta preocupación ese otro «impuesto» al que los ciudadanos han de hacer frente y no deja de subir. Los alimentos encarecidos durante el último año no son productos de lujo, sino que entran dentro de las necesidades básicas. Sin embargo, la gran preocupación de empresarios e instituciones se encuentra en el control de los sueldos. Al parecer, el encarecimiento de los alimentos es lo normal, mientras que la subida de los salarios descompensa la economía.