El gobierno de Sanz toma la delantera paral «celebrar la conquista»
Las naciones de todo el mundo suelen conmemorar su libertad y su soberanía. En Nafarroa es al revés. El Gobierno de UPN, a cinco años vista, anuncia ya los primeros pasos para preparar la celebración «de la conquista de Navarra por las tropas del Duque del Alba". La admisión de esta realidad, en cualquier caso, suena a revisión de su doctrina del «pacto libre" entre Nafarroa y Castilla.
Ramón SOLA
En el alto de Ibañeta no se homenajea a los vascones que frenaron a los invasores en la tan cantada batalla de Orreaga (778). El único monolito existente está dedicado al invasor, a Roldán. No existe celebración oficial alguna de aquella epopeya por parte de las instituciones navarras. Tampoco de la batalla de Noain, donde fallecieron 5.000 navarros en el último intento de preservar la independencia. Ni de la de Amaiur, donde a día de hoy van saliendo a la luz los restos del castillo en el que se atrincheró la resistencia. Por eso, no deja de sorprender que el Gobierno de Nafarroa haya avanzado ya su intención de celebrar esta vez el quinto aniversario de 1512, una fecha en la que admite además que se produjo «la conquista de Navarra por las tropas del Duque del Alba».
Tal afirmación ya supone una noticia, porque la aceptación del concepto de «conquista» no casa con la tradicional doctrina de la derecha navarra, que presenta la inserción en el Estado español como fruto de un «pacto» renovado en 1839 y que se prorrogaría hasta la actualidad. El Gobierno de UPN-CDN, no obstante, compatibilizará esta celebración con la del octavo centenario de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en la que el rey navarro Sancho VII derrotó a las tropas de Miramamolín en el norte de Andalucía. Esta batalla, ubicada en los ocho siglos de la denominada «reconquista», sí tiene una clara impronta en la historia oficial de Nafarroa: al contrario de lo que ocurre con Noain o Amaiur, la refriega de las Navas de Tolosa da nombre a una céntrica calle de Iruñea, el escudo del herrialde recoge las famosas «cadenas» que simbolizan aquella batalla, y un mural alusivo domina el Salón del Trono del Palacio de Nafarroa.
Desde la asociación Nabarralde, que sí celebra cada año la batalla de Noain, se califica esta iniciativa gubernamental como «bastante esperpéntica». Para su coordinador, Anjel Rekalde, «esta fecha de 1512 debería servir para relanzar un debate sobre la cuestión de la independencia. Habría que hacer una reflexión al respecto en toda Nafarroa, porque aquella fue una pérdida para todos los vascos». Rekalde prevé que lo que pudiera parecer inicialmente «una buena intención» terminará en «una de esas manipulaciones y perversiones escandalosas. Le darán la vuelta».
Dos antecedentes
El coordinador de Nabarralde interpreta la decisión como un intento de «tomar la delantera» y recuerda que algo similar ha ocurrido en las últimas fechas con dos celebraciones: la del milenario de Sancho el Mayor (que ha dado pie a un intenso debate sobre si fue el monarca de los vascos o un precursor de España) y la del quinto centenario de Francisco de Xabier. «El caso de Sancho se les fue de las manos inicialmente, pero en el de Francisco de Xabier está claro que han sido ellos quienes han logrado llevar la iniciativa», opina.
De momento, el Ejecutivo avanza que pretende dar gran realce a la conmemoración y que tratará de implicar además a diversos centros de poder del herrialde. Así, en la comisión organizadora estarán varios consejeros del Gobierno, el arzobispo de Iruñea, representantes de sus tres universidades (la del Opus, la UPNA y la UNED), un representante de otras universidades del Estado español, otro del mismo ámbito del Estado francés... «Igualmente, se prevé la inclusión de vocales en representación de instituciones de la Baja Navarra», indica el Ejecutivo, que avanza también la formación de un «comité científico» para dar forma al evento. Mientras, Nabarralde también medita cómo celebrar 2012. Y constata que al menos el Gobierno de UPN «se ha dado cuenta de la importancia de este tema, tanto objetivamente como en la subjetividad de la población».
Mucho ha llovido desde que hace quince años la txapela de Juan Cruz Alli, entonces con el cargo de presidente del Gobierno navarro recién estrenado, apareció por sorpresa en un acto que conmemoraba el 470 aniversario de la resistencia de los navarros en el castillo de Amaiur. El actual líder de CDN acudió a una de las escasas celebraciones de la independencia que se llevaban a cabo por aquel entonces, y UPN le desautorizó con rotundidad.
El secretario general del partido, Rafael Gurrea (ahora presidente del Parlamento), exigió explicaciones «porque ese acto tiene un carácter inequívocamente nacionalista», y dejó claro que el presidente del Ejecutivo no representaba a UPN.
Alli, por su parte, situó su presencia como «es un buen punto de meditación para algunos que hacen referencia continua a su condición de navarrismo y permiten que haya actos, instituciones y símbolos que son abandonados, y ello da lugar a que otros los manipulen como punto de referencia para planteamientos independentistas».