Ezker Abertzalea compareció ayer ante los medios en la Cámra de Gasteiz para denunciar que los últimos detenidos por la Guardia Civil han sido torturados y, al mismo tiempo, censurar que partidos como PNV y PSOE, lejos de salir en denuncia de esta práctica, se han valido de ella para criminalizar a la izquierda abertzale. Haciéndose eco de lo publicado y manifestado respecto de algunas de las personas detenidas, «que han relatado terribles torturas», este grupo parlamentario criticó duramente que se hayan utilizado las declaraciones que supuestamente habrían realizado en los calabozos para arremeter contra la izquierda independentista vasca.

Nekane Erauskin y Julián Martínez, que estuvieron acompañados por la también parlamentaria Ane Auzmendi, recordaron que a raíz de la última operación desarrollada por el instituto militar español «once personas han sido torturadas en dependencias policiales», pero que, sin embargo, «este nuevo episodio de torturas no ha merecido una palabra de denuncia de la mayoría de los agentes políticos e institucionales de Euskal Herria».

«La tortura no es noticia, porque ante ella nuestros políticos siempre miran hacia otro lado», se lamentaron, para criticar a continuación que cuando se refieren a este tema es sólo «para utilizar políticamente las supuestas declaraciones de las víctimas de las torturas y para agredir a la izquierda abertzale». Esto es lo que, a su entender, ha sucedido en los últimos días, en los que «en vez de alimentar el debate sobre la erradicación de la tortura, los políticos del PNV y del PSOE han preferido utilizar de forma partidista unas informaciones provenientes de la Guardia Civil que han sido obtenidas bajo la práctica de la tortura».

El emplazamiento de Imaz

Respecto del PSOE y del Gobierno español, Ezker Abertzalea denunció que, en vez de poner medidas para erradicar la tortura, la «han utilizado para pedir más investigación de la actividad política de EHAK y de toda la izquierda abertzale».

A renglón seguido, Erauskin y Martínez dirigieron sus palabras hacia Josu Jon Imaz y apuntaron que el líder jeltzale «en vez de preocuparse por los derechos humanos de los detenidos, ha llegado a hacer un emplazamiento público a la izquierda abertzale apoyándose en una conocida foto de una aparición pública de Sergio Lezkano -uno de los últimos detenidos-, una persona que ha sido violada en un cuartelillo de la Guardia Civil». Con estas palabras, se referían a lo sucedido la semana pasada, cuando varios medios publicaron en primera página la fotografía de un acto de la izquierda abertzale, en el que aparecía Lezkano tapando con un paraguas a Arnaldo Otegi. Acompañaban la imagen con un texto en el que decían que el joven habría admitido ante la Guardia Civil ser militante de ETA y «estar a sueldo» de Batasuna y EHAK.

El jueves, Askatasuna ya había informando de que Lezkano había relatado que sus captores le habían introducido dos palos por el ano, además de ser objeto de otros malos tratos.

Sin embargo, en el acto de su partido con motivo del Aberri Eguna, el domingo Imaz pasó por alto esta denuncia y, aludiendo a la fotografía publicada por estos medios, reclamó a Batasuna que se saque de encima «el paraguas de ETA».

«Todo vale para alimentar la presión sobre la izquierda abertzale, incluso la tortura», manifestaron ayer los portavoces de Ezker Abertzalea a la vista de lo acontecido, que valoraron que «los representantes de PNV y PSOE han cumplido el guión a la perfección». Un guión que «busca la perpetuación de una situación antidemocrática que deja fuera de la ley a la izquierda abertzale».

Asimismo, Erauskin y Martínez recordaron que todo esto se está produciendo a las puertas de una campaña electoral que «llega en unos momentos decisivos para el futuro de Euskal Herria». Según comentaron, «está en juego que en Euskal Herria se pueda abrir un proceso para la resolución definitiva del conflicto político» y, en este contexto, advirtieron que «es muy mala señal que dos de las partes llamadas a sentarse en una mesa de resolución, el PNV y el PSOE, tengan en su agenda presionar a la izquierda abertzale utilizando la antidemocrática Ley de Partidos». Para Ezker Abertzalea, «un proceso de resolución necesita igualdad de oportunidades para todas las partes, pero la izquierda abertzale hoy en día está perseguida política, mediática y judicialmente». «Y si no hay respeto a todos los interlocutores va a ser muy difícil alcanzar acuerdos», concluyeron.

Volviendo a las declaraciones efectuadas por Imaz y otros portavoces políticos e institucionales, apuntaron que estas palabras tienen «su derivación judicial y policial», para recordar que «en estos precisos momentos las distintas policías del Estado español, incluida la Ertzaintza de Balza, están analizando con lupa la actividad política de EHAK y otros partidos políticos, y están investigando a cientos de ciudadanos y ciudadanas vascas para ver si alguna vez han tenido algún tipo de relación con no sabemos qué».

Declaración del Parlamento

Tras analizar lo sucedido, los portavoces de Ezker Abertzalea consideraron que la sociedad vasca «ha constatado una vez más que la mayoría de partidos políticos e instituciones no han hecho nada ante este nuevo episodio de torturas en cuartelillos de la Guardia Civil», actitud que calificaron de «irresponsable». Y es que, dirigiéndose al Ejecutivo presidido por Juan José Ibarretxe, a la presidenta del Parlamento, Izaskun Bilbao, y al resto de grupos parlamentarios, Ezker Abertzalea afirmó que «era muy fácil haber hecho una denuncia contundente de las torturas», ya que «no tenían más que haber recuperado la declaración que aprobó esta Cámara el 1 de diciembre, pidiendo la derogación de la Ley Antiterrorista y la incomunicación; que pedía la desaparición de la Audiencia Nacional, porque allí se aplica la justicia del enemigo; la paralización de sumarios arrancados bajo torturas; y se expresaba la solidaridad con las miles de personas que han sido torturadas en los últimos años en Euskal Herria».

Antes de dar por finalizada su intervención, los palamentarios abertzales se refirieron a la «vulneración de los derechos civiles y políticos de las personas y colectivos que están siendo investigadas en estos momentos por la Ertzaintza, la Policía y la Guardia Civil» y a la propia investigación abierta sobre EHAK, para recordar «expresamente» a PNV y PSOE que «este Parlamento ha reclamado al Gobierno español en reiteradas ocasiones la derogación de la Ley de Partidos, porque es antidemocrática, conculca derechos fundamentales y nos aleja de un escenario de normalización política».

Cuando los periodistas preguntaron a los portavoces de Ezker Abertzalea si EHAK tiene previsto concurrir a los próximos comicios, Erauskin fue contundente al declarar que «lo importante no es si nos presentamos o no, sino que todas las opciones políticas tengan los mismos derechos para hacerlo».

«Apuesta por no presentarse»

A este respecto, con la Ley de Partidos vigente, el debate político gira en estos momentos sobre la posibilidad de que la izquierda abertzale pueda acudir a la próxima cita con las urnas al igual que el resto de las opciones políticas. En este sentido, llama la atención el empeño que representantes de formaciones en teoría contrarias a la citada ley muestran en situar la carga de la prueba en los afectados por ella.

Así, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, se ha significado en las últimas semanas por salir al paso de todas las iniciativas que puedan tener relación con la izquierda independentista vasca. Ayer, siguiendo el hilo marcado por los medios en torno a la designación de representantes de ANV en las Juntas Electorales, Llamazares ligó este hecho con Batasuna, para afirmar que «está apostando por no presentarse» a las elecciones del próximo mes de mayo. En este sentido, echó en cara a la formación abertzale el utilizar «marcas electorales que son objeto de la mirada escrutadora del fiscal general del Estado».

El líder de IU volvió a manifestar su desacuerdo con «cualquier ilegalización generalizada», pero a continuación agregó que «el problema de Batasuna es con ETA y no con la Ley de Partidos». En la misma línea, declaró que la formación abertzale «tiene el problema de que no es capaz de asumir su mayoría de edad y de hacer política por sí misma».

Desde la misma formación, el parlamentario en Gasteiz Oskar Matute apuntó que respecto de la izquierda abertzale «lo importante es su compromiso claro y explícito por la defensa de las vías políticas y democráticas y su rechazo expreso a la violencia». «Batasuna tiene derecho a presentarse a unas elecciones, como lo tenemos cualquier otra fuerza política», sostuvo Matute, para precisar a continuación que «la sociedad vasca le exige el rechazo expreso de la violencia y un compromiso claro con la defensa de los derechos humanos y la libertad de todas las personas, y las vías pacíficas y democráticas». El electo de EB, formación que en estas elecciones se presenta junto a Aralar, también se refirió a ANV, para afirmar que su «trabajo y acción política no puede ser otro que el de intentar transformar la sociedad desde el claro rechazo a la violencia y desde el respeto al sistema institucional».

Urkullu habla de «victimismo»

Desde el PNV, su portavoz y presidente de la Ejecutiva vizcaina, Iñigo Urkullu, manifestó que «la izquierda radical, si quiere, puede estar en las elecciones» para añadir que «a partir de ahí, ya es un juego de victimismo».

En declaraciones efectuadas a Radio Nacional de España, el dirigente jeltzale se refirió a la Ley de Partidos Políticos afirmando que «ha dado alas a ETA para hacer un juego de denuncia de falta de proceso democrático, cuando la premisa de un proceso democrático es la ausencia de violencia». Urkullu sostuvo que «se está consiguiendo hartar a la sociedad vasca mendiante un juego que sólo beneficia al Partido Popular y, en su caso, al victimismo con el que está pretendiendo jugar la izquierda radical».

También el presidente de EA en Gipuzkoa, Iñaki Galdos, hizo ayer declaraciones de tono electoral, en las que se refirió a la Ley de Partidos. A este respecto, Galdos solicitó la derogación de esta norma, aunque opinó también que la izquierda abertzale «no hace todo lo que debería» para concurrir a las próximas elecciones del 27 de mayo.