El lehendakari Juan Jose Ibarretxe, volvió a defender ayer que Batasuna pueda estar presente directamente en las próximas elecciones municipales y forales, porque, a su entender "los ciudadanos tienen que tener en sus manos la capacidad de "ilegalizar" a un partido y porque tiene que estar en los ayuntamientos para solucionar las cosas y hablar entre todos".

Tras calificar de «circo» lo que está ocurriendo en torno a la posible ilegalización de ASB, o incluso de ANV, Ibarretxe redujo el problema a una cuestión de conveniencia electoral. Retrotrayéndose a las elecciones autonómicas de 2005, el lehendakari apuntó que «en aquel momento a PSE y PP les convenía que EHAK estuviera en las elecciones, sobre todo para quitar la mayoría absoluta al tripartito en el Parlamento de Gasteiz, y así ocurrió».

El argumento de que el Gobierno español había permitido que EHAK se presentara a aquellos comicios para «quitar la mayoría absoluta al tripartito» ya fue esgrimido por PNV, EA y EB antes y después de las elecciones autonómicas. Y resulta una afirmación llamativa, porque parece dar por hecho que el tripartito tenía en propiedad la mayoría absoluta del Parlamento autonómico antes incluso de que el electorado se pronunciase, lo que en principio evidencia un concepto ciertamente curioso de la democracia. La posibilidad de que la suma de la coalición PNV-EA y EB llegara a los 38 escaños se había apuntado en algunos sondeos, pero en ningún caso podía darse como segura.

Lo cierto es que lo que imposibilitó que el tripartito alcanzara la mayoría absoluta no fue la presencia legal de EHAK, sino el fuerte descenso electoral que sufrió la coalición PNV-EA, que en 2005 perdió 136.105 votos con respecto a 2001, es decir, nada más y nada menos que un 22,5% de las papeletas logradas cuatro años antes.

Para comprobarlo, basta con realizar el ejercicio matemático de considerar como anulados los 150.644 votos obtenidos por EHAK y aplicar después la Ley D'Hont herrialde por herrialde. Y el resultado es que la coalición PNV-EA hubiera obtenido 9 escaños en Araba, 12 en Bizkaia y 13 en Gipuzkoa, sumando 34 en total. EB se hubiera quedado, como ahora, con 1 parlamentario por cada una de las tres circunscripciones. Con lo que el tripartito hubiera logrado 37 escaños, uno menos que la mayoría absoluta. Entre tanto, el PSE tendría 20 representantes y el PP, 17. Es decir, se hubiera producido un empate a 37 en el que la llave de todas las votaciones estaría en manos de la única representante de Aralar.

En resumen, las matemáticas no avalan la afirmación del lehendakari de que la presencia de EHAK le quitó la mayoría absoluta. Y, por otra parte, muchos pensarán que esos comentarios cuestionan la sinceridad de sus palabras cuando dice querer que Batasuna participe en las elecciones.