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Caruso se ha convertido en la sombra de Cunego en el Lampre

Es el fiel escudero de Damiano Cunego. Se ha convertido en la sombra del líder de Lampre. Giampaolo Caruso debe estar a su lado cuando la carretera se empina. Tras cinco años bajo la protección de Manolo Saiz, afronta con ilusión 2007, aunque ayer fue uno de los muchos que se fue al suelo.

Unai IRARAGORRI

Se ha tomado la Vuelta al País Vasco «como preparación» para próximos objetivos y su misión ha sido estar cerca de Cunego. Sus sensaciones eran buenas pero ayer sufrió un fuerte traumatismo en la cadera y terminó en el hospital. «País Vasco es una carrera que te da un punto más. Mi objetivo es llegar bien a las clásicas y luego está el Giro», adelantaba. De lo malo, sólo sufre un fuerte golpe.

El año pasado fue 12º en la corsa rosa y este año espera estar «lo más cerca posible» de Cunego. «Si todo va normal, va a estar para ganar y yo puedo aprovechar la situación».

Su temporada 2006 acabó en junio, como consecuencia de la Operación Puerto. Afortunadamente, Caruso, de 26 años, ha encontrado equipo, pero lo ha pasado realmente mal. «Te encuentras en una situación y no sabes por qué estás ahí y te comes la cabeza: todo el mundo habla mal de ti. Todos lo que has construido con entrenamiento y con esfuerzo se va a la basura. Eso es muy fuerte. Yo lo he pasado muy mal. Gracias a mi familia, a mi novia y a los amigos, que me han echado una mano, he aguantado», explica.

Incluso pensó en la posibilidad de colgar la bicicleta. «Yo en principio había dicho que no quería saber nada más. Pero me planteé la siguiente pregunta: ¿Por qué tengo que dejar la bici si no he hecho nada?».

En noviembre llegó a un acuerdo con Lampre. Pero tuvo que pagar un peaje: dar su ADN. Caruso aceptó y firmó el contrato. «Algo tenía que hacer yo para salir bien de esto». argumenta. Así que ha afrontado 2007 con mucha ilusión. «Lo peor ha pasado y cada día voy a más», asegura.

El corredor siciliano compitió cinco temporadas bajo los colores de ONCE, primero, y Liberty, después, e incluso vivió durante dos años en Gasteiz en 2005 y 2006, y este último año compartió piso con Gorka Beloki.

Su coqueteo con la bicicleta empezó a los ocho años, impulsado por la afición de un tío y a los 14 años decidió ir a Toscana. «Me marché de casa porque en la isla no había mucha tradición». Allí se hizo ciclista. En amateur, compitió en el mejor equipo, el Vellutex y en 2001 coparon el podio del Mundial sub 23 en Lisboa, fue plata por detrás de Popovych y fue campeón de Europa. Ganamos todo. Fue Impresionante. Éramos diez y los diez pasamos a profesionales, Popovych, Bernucci, Loddo, Anza, Bileka...»

Sin embargo, la oportunidad de dar el salto no llegaba hasta que apareció Saiz. «Todo el mundo preguntaba pero nadie me ofrecía un contrato. El único que vino de frente fue Manolo. «¿Quieres venir conmigo?», me preguntó, le dije que sí y al día siguiente me mandó el contrato».

Caruso se muestra muy agradecido. «Me permitió crecer sin presión. No se merece el daño que le han hecho», concluye.

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