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Fede de los Ríos

Cantando bajo la lluvia

Fuera del paraguas de la ETA, así nos quiere Josu Jon, imagino que cantando el Oriamendi: «Gora Jainko maite maitea/ zagun denon jabe./ Gora Espania ta Euskalerria/ ta bidezko errege./ Maite degu Euskalerria,/ maite bere Fuero zarrak.../ Gora Jaingoiko illezkor!/ Gora euskalduna,/ auto ondo Espaniako/ errege bera duna!»

Que nos tenemos que mojar como los demás, que ellos lo hicieron hasta la cintura en Lizarra intentando sacarnos del pozo y nos negamos. ¡Cómo somos de desagradecidos con las buenas y desinteresadas gentes del PNV!

Balza también quiere que cantemos alegres. Lo intenta repetidamente con sus muchachos, que a fuerza de ser tímidos van hasta encapuchados. Y lo intenta con tesón cada vez que tiene ocasión. Un día sí y otro también nos aporrean por nuestro bien. Los pasamontañas no dejan ver sus caras, pero todos imaginamos lo desgarrado de sus rostros al patearnos las costillas. Mientras Balza se retuerce de sufrimiento, acurrucado en un rincón de su despacho mientras grita «¡por qué, Dios mío, por qué serán tan tercos!». Y nosotros, egoístas sin escrúpulos, practicando el victimismo, disfrutando como enanos, hostia va y hostia viene.

¿Por qué ese empeño nuestro a no ser seducidos por Josu Jon? ¿Por qué esa mala química con un especialista en polímeros? El, que lo único que quiere es cautivar a España y que todo sea buen rollito, como decía no hace mucho en un periódico madrileño.

Seductor, lo que se dice seductor, ¡hombre... pues no sé! Si lo comparamos con Acebes o Pepiño Blanco, tiene un puntito. A mi madre no le gusta nada. Dice que muerde las palabras, que otra cosa eran Garaikoetxea, Arzallus y Egibar, de derechas pero no tan oscuros como este monaguillo de mesita de noche. Yo creo que si se dejara bigote y un poco de melenita, como también sabe inglés, ganaría mucho y en la corte de Madrid seduciría un montón.

Está obsesionado con que dejemos en paz su partido. Nosotros encantados. Lo único que tienen que hacer es promover una política económica diferente. Dejen de defender los intereses de patrones y multinacionales, socialicen los medios de producción, defiendan la soberanía del país, manden a su policía política a cultivar coles, acaben con el nepotismo y mejoren la gastronomía de los batzokis. En definitiva, dejen de estar cara al Sol y anímense a cantar con nosotros bajo la lluvia. Verán qué bien.

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