(...) Ayer era el silencio, una extraña quietud, engañosa, gruesas capas de niebla tapando el monte, la resaca del Aberri Eguna, esa fiesta religiosa que conmemora una revelación. Ayer parecía que no sucedía nada. Y nada sucedía para todas las personas cuya vida es el barrio, el pequeño espacio de calles familiares y comercios implacablemente cerrados en los días de fiesta. (...) Quienes pensamos que vivir y dejar vivir es un programa suficiente para pasar por la Tierra y que la libertad debe atribuirse a las personas, pues es muy dudoso que otras entidades puedan gozarla, nos encontramos a veces atrapados en los proyectos de quienes se empeñan en reordenar y configurar la realidad de acuerdo con los intereses y la visión de una colectividad que no es el todo. En el imaginario de ETA, como hemos podido comprobar nuevamente, la realidad se reduce de manera pavorosa. La juventud vasca son sus seguidores y aspirantes que practican montando barricadas y ejercitando tácticas de guerrilla urbana. La izquierda abertzale, dicen, no estará en las elecciones si no se puede presentar ASB, como si no existiera Aralar, que es tan izquierda y tan abertzale como la otra. Y la Ley de Partidos, según ellos, es antidemocrática, pero yo me la he leído en la página web Norm@Civil de la Universitad de Girona y no veo su carácter antidemocrático por ninguna parte. Hasta me parece democrática. Ingenua que es una.