Al menos 83 personas murieron y más de cien resultaron heridas ayer en el atentado con coche bomba que llevó a cabo un kamikaze en la ciudad santa chií de Kerbala, unos 110 kilómetros al sur de Bagdad. Este atentado se produce apenas dos días después de que el plan de seguridad para Bagdad quedara en evidencia tras el atentado contra el Parlamento.

La explosión se produjo a las 9.15 de la mañana de ayer en una situación a 200 metros del mausoleo del imán Hussein, uno de los imanes más venerados por el chiísmo.

Entre las víctimas figuran mujeres y niños, según señalaron fuentes médicas. La estación de autobús está rodeada de tiendas y puestos de venta, que estaban muy concurridas a primera hora del día.

Tras la explosión, las fuerzas de seguridad cerraron al tráfico las principales avenidas de la ciudad por temor a que se produjeron más atentados.

«El kamikaze se ha explosionado cerca de un punto de control que da accedo a la zona comercial. Esta explosión estaba bien planeada y se ha llevado a cabo en una zona densamente poblada», explicó el gobernador de Kerbala.

Las autoridades decretaron un toque de queda ilimitado en la ciudad. Se colocaron numerosos puntos de control y se cortaron los principales accesos a Kerbala.

Explosión en otro puente

En Bagdad, mientras, diez personas murieron y once resultaron heridas como consecuencia de la explosión de un coche bomba a la entrada del puente de Al Jadriyah, que une los barrios de Karrada (mixto, con mayoría de chiíes) y Saidiyah (de mayoría sunní).

Este ataque se produce apenas dos días después del atentado cometido con un camión bomba que mató a diez personas en el puente de Al Sarafiyah, que une el barrio chií de Al Atafiyah, en la orilla occidental del Tigris, y la zona sunní de Waziriyah, al este del río.

Horas después, se informó de que fuerzas iraquíes y de EEUU detuvieron en Mosul a «un cabecilla de una alianza radical islámica encabezada por la organización terrorista Al Qaeda» y que «147 presuntos insurgentes» fueron arrestados en distintos puntos de Irak.

Por otra parte, cuatro soldados británicos fallecieron el sábado por disparos de mortero contra la base de Souweira, a 60 kilómetros al sudeste de Bagdad, mientras que el Ejército británico anunció que acabó con la vida de ocho personas que colocaban explosivos caseros «en el mismo sector» en el que un artefacto mató a cinco soldados británicos el pasado 5 de abril. Otros cinco soldados iraquíes murieron ayer en otro atentado contra un puesto de control militar en Biyi, a 200 kilómetros al norte de Bagdad.

Un grupo ligado a Al Qaeda, por su parte, anunció que ha secuestrado a 20 policías y que los matará si no les entregan a los agentes acusados de violar a una mujer en una comisaría.