Dos hermanos hicieron estallar los explosivos que portaban ayer cerca del Consulado General y de una escuela de idiomas de EEUU en Casablanca, mientras que la Policía marroquí anunció que detuvo al «jefe de la célula y a su adjunto».

Según testigos, el primer kamikaze hizo estallar los explosivos a unos 40 metros de la entrada del Consulado General de EEUU, que estaba fuertemente vigilado por dotaciones de la Policía.

«Vestía pantalones vaqueros, un jersey negro y unas zapatillas viejas. Tenía pinta de pordiosero. Accionó el explosivo a tres metros de una de las furgonetas de la Policía», relató Mohamed, guarda de seguridad de un banco que se halla frente al Consulado, que aseguró que «los estadounidenses habrán grabado todo lo sucedido con las cámaras de seguridad que tienen».

Se trataba de Mohamed Maha, nacido en 1975 en Casablanca, según informaron fuentes policiales. Mohamed Darif, experto en islamismo marroquí, destacó que «no era uno de los islamistas radicales que buscaba Policía en los últimos días, por lo que se tratará de una persona recientemente reclutada».

Su hermano Omar Maha continuó hacia el boulevard Moulay Youssef, en un barrio acomodado de la ciudad, e hizo estallar el explosivo una academia privada de idiomas, American Language Center, situada a apenas 150 metros del lugar de la primera deflagración, explicó un camarero de una terraza cercana.

«La primera vez, pensé que se trataba de una bombona de gas, pero la segunda explosión me hizo comprender que era un atentado», añadió.

La agencia MAP, citando una fuente policial, informó de que se trataba de Omar Maha, pero no preciso si era uno de los islamistas que la Policía estaba buscando. Una mujer que caminaba por las inmediaciones resultó herida.

Arrestos tras las explosiones

Por otra parte, seis personas fueron detenidas en las inmediaciones tras las explosiones. Según la Policía, uno de los arrestados estaría relacionado con los kamikazes, ya que fue detenido con un cinturón, pero sin explosivos.

Los servicios de seguridad, además, detuvieron a una persona a la que acusan de ser «el jefe» del grupo al que atribuyen el atentado del 11 de marzo en un cibercafé de Casablanca y las explosiones registradas en esta ciudad marroquí el pasado martes.

«Los primeros pasos en la investigación sobre este criminal, cuya identidad no ha sido revelada, han permitido la detención de su adjunto y el descubrimiento de escondites donde los terroristas fabricaron explosivos», precisó la Policía.

Junto a ello, las fuerzas de seguridad añadieron que esta detención permitió identificar a todos los integristas de la célula islamista vinculada a Al Qaeda que estaría dispuesta a atentar en Casablanca. En este sentido, destacaron que prosiguen las labores de búsqueda de los supuestos integrantes de esta célula.

Según explicaron los vecinos, el supuesto líder de la célula habría alquilado, desde hace algo más de un mes, una habitación en el tercer piso de un inmueble del popular barrio de Annasim, donde se habría producido la detención.

La puerta de este domicilio se encontraba ayer precintada por la Policía.

Todos los kamikazes que intervinieron el 11 de marzo y el pasado martes, se criaron en el barrio de Sidi Moumen, una zona de chabolas situada en la periferia del área metropolitana de Casablanca.

Las autoridades parecen querer minimizar la importancia política de la doble explosión de ayer, calificándola de «acto cometido por la desesperanza debido a las operaciones que ha llevado a cado la Policía».

Mohamed Darif, en cambio, considera que es «evidente que trataban de atentar contra intereses estadounidenses en Casablanca».