El suizo Fabian Cancellara (CSC) parte como favorito número uno para entrar en la historia de la prestigiosa clásica París-Roubaix, carrera en la que defiende el título y, si vuelve a lograrlo hoy, conseguiría un doblete que no se ha repetido desde la edición de 1993, cuando ganó dos años seguidos Gilbert Duclos-Lassalle.

Cancellara está preparando meticulosamente la clásica del infierno Y estará acompañado por O'Grady o Michaelsen.

Un puñado más ha señalado con letras mayúsculas la carrera del infierno, sobre todo, Boonen, vencedor hace dos años, y Ballan, reciente ganador de los tres Días de la Panne y del Tour de Flandes, por lo que ha dejado claro que se encuentra en un momento dorado. Otros candidatos son: Backstedt y Van Petegem, triunfadores en 2004 y 2003, respectivamente, más el joven Burghardt, que el miércoles dio la sorpresa en la Gante-Wevelgem, Flecha, Hoste, Devolder o Gusev.

El pavé, protagonista

El trazado apenas sufre alteraciones y vuelve a ser el clásico, aunque varios tramos de pavés han sido limpiados en los últimos días para evitar las numerosas caídas y, especialmente, averías mecánicas.

El itinerario entre París y el mítico velódromo de Roubaix será de cerca de 260 kilómetros. La fiesta o el calvario comenzará hacía el kilómetro 100, con el primer tramo de adoquines de los 28 con los que cuenta la carrera hasta totalizar unos 50 kilómetros de pavés. Entre esos altillos destacan los clásicos de Wallers, Arenberg y Arbre.

Así, una vez más y desde 1896, la clásica del infierno del norte, se presta al espectáculo y más si la lluvia aparece.

Los vascos son doce: Horrillo (Rabobank), 11º en 2006, Erviti y Txente (Caisse), Duran (Saunier), Gaztañaga (Agritubel) y Aranaga, Fernández de Larrea, Uribarri, Alan Pérez, Lafuente, Irizar e Iriondo (Euskaltel-Euskadi).