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Atrapados miles de conductores en un monumental atasco en Bizkaia

ransitar por las principales arterias de la red metropolitana bilbaina se convirtió ayer en misión imposible para los miles de conductores que quedaron apresados en un atasco de grandes dimensiones provocado por una obra en la a-8, a la altura de Basurto, y un accidente múltiple en la a-68 en Arrigorriaga. Desesperación e indignación fueron notas dominantes en los arcenes. T

Angel ORDOÑEZ-Kepa PETRALANDA

Transportistas, autónomos, particulares que acudían al trabajo o a la Universidad, o conductores que, simplemente, intentaron llegar o partir desde la capital vizcaina, quedaron ayer atrapados en la ratonera en que se convirtieron las carreteras del entorno del Bilbao metropolitano. El monumental atasco fue de los de batir records, ya que la cola en la A-8, dirección Donostia, llegó a medir hasta 15 kilómetros, mientras que, en el otro sentido, los atrapados sumaron hasta 12 kilómetros.

Las obras de la nueva pasarela peatonal sobre la A-8, a la altura de Basurto, requerían una actuación con varias alternativas posibles, y los responsables municipales optaron por preparar varías grúas de gran tonelaje y un camión sobre la autopista. Bien debido al retraso en los preparativos o bien por motivo de la rotura del chasis del camión, que no aguantó el impacto de la pieza que se cargó, los trabajos no pudieron finalizar durante la madrugada.

Así las cosas, cuando a partir de primera de la mañana comenzó a incrementarse el tráfico en este entorno, el atasco fue cuestión de minutos. Pero los problemas no quedaron ahí. A las 9.15, un total de cinco vehículos colisionaron en la A-68, a la altura de Arrigorriaga, en dirección Bilbo, con el balance de de 14 personas heridas. El tráfico permaneció cortado en la autopista, produciéndose importantes retenciones que posteriormente afectarían a Arrigorriaga, Basauri y Etxebarri, cuando los vehículos procedentes de Gasteiz se desviaron por la N-625.

Mientras tanto, el camión con una gran pieza de hormigón de la pasarela de la A-8 en Basurto iba a permanecer en el carril izquierdo de la autopista, dirección Cantabria, hasta la noche, por lo que sólo se pudo circular por el carril derecho, así como por el arcén, habilitado al tránsito de forma extraordinaria. El caos en el tráfico del entorno metropolitano afectó igualmente al puente de Rontegi, el corredor del Txoriherri y la carretera de La Avanzada. Fueron recogidos múltiples testimonios de conductores que llevaban dos horas en la carretera para desplazamientos de 10 kilómetros, escolares que llegaron tarde a clase o pedidos que no llegaron.

Excusas de Azkuna

«Hemos organizado una buena». A media mañana, confirmada en toda su intensidad la magnitud del atasco, el alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, pronunció públicamente estas palabras y añadió su petición de «excusas a todos aquellos que hemos cabreado muchísimo». Una petición de disculpas que, implícitamente, daba la razón a las miles de personas que, atrapadas en las carreteras e informadas de lo que ocurría por la radio, se preguntaron «¿por qué no se hacen estas obras en fin de semana?». El alcalde jelkide trató de defenderse asegurando que «las noches de los viernes y sábados son más peligrosas porque hay un tipo de circulación diferente», en aparente referencia a hipotéticos problemas relacionados con el alcohol.

A renglón seguido, Azkuna trató de desviar las miradas hacia la empresa responsable de las obras, y anunció que abrirá una investigación para depurar las responsabilidades en las que ésta hubiera podido incurrir. El alcalde aseguró que aún no se sabe cuándo podrá instalarse nuevamente el puente, porque lo primordial es garantizar la seguridad de la estructura, aunque deberá volver a instalarse «porque su fin es poner en comunicación dos barrios».

Atasco del siglo

Aunque las retenciones y colas de tráfico forman parte del paisaje matinal que contemplan miles de conductores vizcainos a lo largo de todo año, las dimensiones del atasco sufrido ayer dibujan el mayor de los que se recuerdan en los últimos años, y algunos incluso lo calificaron como el más importante de lo que va de siglo. Deja pequeño al embotellamiento del el 17 de enero, cuando una colisión en cadena en la que se vieron implicados una docena de vehículos, a la altura de Zorrotza, convirtió la hora punta en una trampa para miles de conductores, que sufrieron durante tres horas severas retenciones.

Tampoco da la talla el taponamiento del 23 de enero provocado, de nuevo, por un camión cisterna que chocó contra varios coches en Erletxe, y cerro la N-634 por espacio de dos horas.

Ni tampoco la congestión viaria que se registró el pasado 23 de marzo, jornada en la que colisionaron dos camiones -uno de ellos perdió la carga- lo que obligó a cerrar dos carriles, a la altura de Barakaldo y provocó colas de más de seis kilómetros de longitud.

«LA HEMOS ORGANIZADO"

Tras el monumental atasco registrado en las principales vías vizcainas, el alcalde de Bilbo reconocía públicamente que «hemos organizado una buena». Y, en tercera persona, aseguraba que «el alcalde tiene que pedir disculpas a los miles de afectados».

ACCIDENTE MÚLTIPLE

Una decena de vehículos se vieron implicados en el accidente que se produjo en la A-68, a la altura de Arrigorriaga. Como consecuencia del mismo, catorce personas tuvieron que ser trasladadas a diferentes centros sanitarios.

TAMBIÉN POR LA TARDE

Aunque los principales problemas que afectaron a la red viaria se produjeron a lo largo de la mañana, las retenciones se prolongaron también durante parte de la tarde en determinados nudos de acceso a la capital del herrialde.

PASARELA ELECTORALISTA

Desde los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Bilbo se acusó al alcalde Azkuna y al PNV de provocar el caos circulatorio por dar prioridad «electoralista» a la colocación de la pasarela de Bentazarra, ignorando las afecciones al tráfico.

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