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La noche de Max Estrella en Bilbo

Josu MONTERO

Periodista y escritor

Formando extraña pareja con una inefable Carmen Sevilla más naif que nunca y mientras entregaba uno de los Max, el actor Asier Etxeandia robó diez reivindicativos segundos a la milimetrada y glamurosa gala del pasado lunes para agradecer a los actores bilbaínos su eterna lucha por trabajar en su ciudad, y para pedirles que perseveren en ella. A la entrada del Euskalduna un autodenominado colectivo «Profesionales de la escena de Bilbao» se manifestaba y entregaba pasquines de amarillo mal fario en los que citaba al mismísimo personaje que da nombre a los premios, a un Max Estrella al que desde luego no habrían permitido la entrada al evento si es que en lugar de pasearse por el crepuscular Madrid de hace un siglo hubiera realizado su vía crucis por el modernísimo Bilbao de postal del siglo XXI. «Me niego a llevar una triste velilla en esta trágica mojiganga», decía Max, y repetían a coro muchos profesionales vascos del teatro a la puerta del Euskalduna Palace. Y, en su pasquín, volvían a enredar con el nombre del doliente personaje de Valle: «La escena en Bilbao se estrella»; y con humor señalaban responsables: los inaccesibles Arriaga y Euskalduna, el escasísimo apoyo de Ayuntamiento y Diputación, el inexistente plan de formación en artes escénicas del Gobierno Vasco, la minúscula labor de difusión de ETB...

Y dentro, lo mejor, esos detalles incontrolables que se salían del estricto guión; un delirante Saturnino García que, al entregar el Max al mejor espectáculo infantil, se puso a hablar cuando no debía y lanzó una enérgica e inquietante proclama sobre la necesidad de que el teatro no sólo haga reír a los niños sino que también les haga llorar. O ese niño que sigue siendo Arrabal, quien, tocado con estola de armiño y escoltado por la ministra española del ramo y la presidenta de la SGAE, Ana Diosdado, agradeció el Premio de Honor a su «neska polita», esto es, a su mano derecha, por el «inmenso placer que me proporciona». No menos surrealistas algunos premios, como el que reconoció a una compañía con una exitosa trayectoria de 25 años, como es la vallisoletana Teatro Corsario, con el Max al Espectáculo Revelación, galardón que su director, Fernando Urdiales, agradeció con asumida flema. O como premiar como mejor autor teatral en catalán a Rodolf Sirera por una obra que tiene ya treinta años a sus espaldas, la legendaria «El veneno del teatro».

Hubo también algún momento de alta tensión escénica, como ese dueto entre el maestro Carles Santos al piano y Sol Picó bailando sobre el instrumento. Y una pregunta impertinente para terminar: ¿Cuántos espectáculos de los que desfilaron por el Euskalduna hemos podido ver por aquí?

Fitxa

X. Hemengo Antzerki Erakustaldia: Nafarroako Antzerki Eskolan (Iruñean), hilaren 28ra arte. Asteburu honetako emanaldiak: T'Ombligo Teatro (gaur), Amadis de Gaula (bihar), Cafe con versos (igandea).

Emanaldiak, 20.00etan.

Udaberriko Itzulia: Gaurtik ekainaren 23ra arte.

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