Iñigo Leitza, la última esperanza de la representación vizcaina en el Campeonato Manomanista, iniciará su andadura en el Municipal de Etxebarri en la tarde-noche de mañana (20.00). El delantero de Lemoa querrá refrendar el excelente trabajo realizado en la edición del año pasado, cuando fue capaz de eliminar a Fernando Goñi, Abel Barriola y Asier Olaizola, para caer ante Sebastien Gonzalez en los cuartos de final.

«Me noto con un poquito de nerviosismo, como es normal antes del primer partido. He realizado muchos entrenamientos, pero la competición siempre es diferente», admite este pelotari de 26 años que, tras imponerse en el Manomanista de Segunda en 2005, debutó en la competición de Primera de forma inmejorable.

Iñigo opina que para llegar a 22 tendrá que hacer su juego y no obsesionarse con acabar el tanto. «Para mí, lo más importante será trabajar bien el tanto. Está claro que si se puede acabar el tanto delante hay que aprovechar la oportunidad, pero lo más importante será trabajar mucho, endurecer el partido y dominar en el peloteo», desveló el de Lemoa, que tras la eliminación de Asier Berasaluze, Oier Zearra e Imanol Agirre, es el único pelotari vizcaino que queda en la competición.

Del partido disputado por su oponente Bengoetxea VI la semana pasada en Azkoitia -el resultado final de 22-4 lo dice todo-, el delantero vizcaino prefiere no sacar demasiadas conclusiones. «Es cierto que Oinatz ganó con autoridad, pero creo que Eulate no estuvo a su nivel. Fui a ver el encuentro y le vi muy nervioso, fuera del partido en todo momento», relata Iñigo Leitza.

Volver a empezar

El propio Oinatz también es consciente de que el partido de mañana poco tendrá que ver con aquel enfrentamiento de desagradable recuerdo. «Será un partido muy duro y Leitza me pondrá las cosas muy difíciles. Muy duro porque los dos somos pelotaris bastante similares, a los que nos gusta mucho entrar de sotamano», opina el joven delantero navarro.

Y es que para el de Leitza, ganar mañana supondría entrar en los cuartos de final por primera vez desde que debutará en el Manomanista de Primera en 2004. Sin ser un gran especialista de la modalidad -en los tres años anteriores su bagaje ha sido de una victoria y tres derrotas- Oinatz quiere demostrar que todavía tiene mucho que decir en el mano a mano.

En cuanto al material, Leitza apartó dos pelotas de 104,6 y 104,9 gramos, pesos muy parecidos a los que dieron las de Oinatz: 104,8 y 104,9 gramos. En palabras de Leitza, las pelotas «son bonitas». A su parecer, «las de Oinatz andan un poquito más, son más vivas, mientras que mi material es un poquito más de bote». Su rival también se quedó a gusto: «Son buenas. Yo he cogido dos pelotas de más toque, un poquito más pequeñas y él ha preferido dos de más volumen, que en el suelo andan un poquito menos y dan más tiempo para colocarse».