UNA JUEZ DE EEUU libera a un acusado de causar 73 muertes
La liberación de Posada Carriles provoca la ira de Cuba y Venezuela
Los gobiernos de Cuba y Venezuela reaccionaron con enfado a la decisión de una juez texana de permitir abandonar la prisión a Luis Posada Carriles, acusado de atentar contra un avión en 1976, provocando 73 muertes. En La Habana, donde se celebraba el aniversario de Playa Girón, miles de jóvenes se manifestaron ante la Sección de Intereses de EEUU en denuncia de lo que consideran una nueva agresión.
GARA | LA HABANA
La decisión de la juez de El Paso Kathleen Cardone de liberar a Luis Posada Carriles, un ex agente de la CIA acusado de atentar contra un avión de Cubana de Aviación y causar 73 muertos en 1976, ha provocado que en Cuba y en Venezuela se hayan registrado movilizaciones masivas.
En cualquier caso, Posada Carriles no se encontraba en la cárcel en Texas por este atentado u otro de los muchos que se le imputan, sino por una irregularidad de inmigración, ya que entró ilegalmente en EEUU y mintió en su solicitud de ciudadanía. La juez Cardone ha permitido que Posada Carriles cumpla arresto domiciliario en su casa después de pagar una fianza de 350.000 dólares (257.000 euros). Esta decisión supone, además, un paso atrás para la extradición que ha solicitado Venezuela.
Tras confirmarse la excarcelación, las organizaciones cubanas de masas sacaron miles de personas a la calle para exigir su condena.
De hecho, la liberación de Posada Carriles coincidió con el 46 aniversario del intento de invasión estadounidense en Bahía de Cochinos, por lo que los actos conmemorativos previstos se convirtieron en actos de denuncia en contra de lo que se considera como una nueva agresión de Washington.
Así, miles de jóvenes se concentraron en la tribuna antiimperialista de La Habana, frente a la Sección de Intereses de EEUU, y decenas de miles secundaron una convocatoria en Bayamo, en el extremo oriental de la isla, mientras que en la misma Playa Girón la conmemoración de la victoria cubana sirvió para denunciar la estrategia de Bush y exigir la condena de Posada Carriles.
Para el presidente la Asamblea Nacional del Poder Popular (el Parlamento cubano), Ricardo Alarcón, el proceso seguido en EEUU es «una trampa», ya que no se atiene a las reglas del Derecho Internacional.
«Todo es una trampa para no juzgarlo ni dejar que lo juzguen otros, porque el juicio contra Posada sería un juicio contra Bush pequeño y sobre todo contra su papá (el ex presidente George H. Bush), que era el jefe de la CIA cuando se produjo el atentado contra el avión de Cubana [de Aviación] y el asesinato del canciller chileno Orlando Letelier», dijo Alarcón.
«Ahora el hombre está allí, ellos saben dónde va a estar en su casa de Miami. Que lo vayan a buscar para que lo procesen. Lo estaban protegiendo y lo van a seguir protegiendo hasta el final», denunció.
El propio Fidel Castro publicó el pasado 10 de abril, desde el hospital, un artículo en el que culpaba directamente a George W. Bush de la liberación de Posadas, que calificó de «humillante para nuestro pueblo» y la enmarcaba en una serie de ataques imperialistas de EEUU contra Cuba, entre las que citaba el intento de invasión de Playa Girón, que costó 176 muertos cubanos y la crisis de los misiles de 1962.
Castro, además, recordaba que mientras EEUU libera a Posada Carriles mantiene en prisión a cinco agentes cubanos -conocidos como los Cinco Héroes-, «por suministrar información sobre las actividades terroristas».
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, también criticó con dureza la liberación de Posadas y destacó que a «Washington se le cae la máscara».
«Ellos [los estadounidenses], que dicen luchar contra el terrorismo, ahí está, se les cae la máscara a cada rato; se la tratan de poner, pero se les vuelve a caer», señaló Chávez en un discurso televisado.
«¡El imperio norteamericano terminará siendo un tigre de papel y nosotros unos tigres de acero!», destacó Chávez.
«Exigimos que extraditen a Venezuela a este terrorista y asesino, en vez de seguirlo protegiendo como lo están protegiendo», añadió el presidente venezolano.
Posada Carriles, aunque cubano de nacimiento, tiene nacionalidad venezolana y Caracas ha solicitado su extradición para juzgarlo por el atentado contra el avión de Cubana de Aviación.
De hecho, Posada ya fue condenado en Venezuela por este hecho, pero logró huir a El Salvador, donde mantuvo una estrecha relación con el coronel estadounidense Oliver North y se vio implicado en la financiación de la Contra antisandinista en Nicaragua.
Nicaragua se suma
Precisamente, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, anunció ayer que pedirá la extradición de Posada, cuya liberación rechazó. Por tanto, serían ya tres países -Cuba, Venezuela y Nicaragua- los que estarían dispuestos a juzgar al ex agente de la CIA.
«En Venezuela y en Cuba hay condiciones justas y dignas para encausar a este criminal, algo de lo que se carece en Guantánamo. También en Nicaragua sería juzgado con todas las seguridades y garantías del caso», aseguró el presidente nicaragüense.
Desde Argentina, Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo, destacó que «nada envalentona tanto a un asesino como el perdón y quien favorece al terrorista Luis Posada Carriles actúa como él». «A los ojos del mundo, Posada Carriles deber permanecer en prisión y pedimos a los jueces que no actúen como cómplices, porque quien perdona a Posada Carriles es tan asesino como él», declaró De Bonafini a Prensa Latina.
Los exiliados cubanos celebraron ayer en Miami la liberación de Posada Carriles, quien llegó a esta ciudad de Florida en un avión privado y vigilado por agentes estadounidenses encargados de la custodia de los prisioneros federales.
Un grupo de unos 200 manifestantes se reunió ayer ante la Embajada cubana en Madrid para denunciar la liberación de Posada Carriles y celebrar el aniversario de Playa Girón, «la primera derrota del imperialismo de EEUU en América Latina».
Posada Carriles deberá portar un dispositivo electrónico para que los autoridades de EEUU vigilen sus pasos, no podrán hablar con nadie relacionado con su caso y necesita permiso judicial para salir del domicilio familiar, ubicado en Miami.
El atentado que imputan a Posada Carriles contra un avión de Cubana de Aviación en 1976 es tan sólo una de las agresiones contra su país que el Gobierno cubano denuncia.
Así, el propio Posada Carriles ha sido acusado de ser el autor intelectual de una serie de atentados contra hoteles turísticos en Cuba en los que falleció un joven italiano. El ex agente de la CIA llegó a reconocer en una entrevista haber contratado a quienes pusieron las bombas y que estaba financiado por la Fundación Cubano-Americana.
En noviembre de 2000, durante la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado que se celebró en Panamá, los servicios de inteligencia cubanos detectaron un complot para matar a Fidel Castro. Posada Carriles fue detenido en el marco de esta operación, pero la presidenta panameña, Mireya Moscoso, lo puso en libertad en 2004.
Desde La Habana se denuncian, además, como agresiones el embargo económico al que se somete a la isla, «que se ha cobrado vidas inocentes», y la Ley de Ajuste Cubano, «que estimula le emigración ilegal a través del estrecho de la Florida. Ambas políticas también son expresión de terrorismo y muerte», destacaba ayer el diario «Granma».
Este diario recordaba también que en 1981 se introdujo clandestinamente en Cuba el virus del dengue hemorrágico, que en pocos meses afectó a más de 350.000 ciudadanos y se cobró la vida de 158 personas, 101 de las cuales eran niños.
En 1984, Eduardo Arocena, dirigente del grupo Omega-7, declaró ante un tribunal de Nueva York, que la misión de su grupo era obtener ciertos gérmenes para introducirlos en Cuba.
En 1971, una lancha rápida ametralló el poblado de Boca de Samá, dejando un saldo de dos combatientes muertes y varios heridos. José Elías de la Torriente realizó declaraciones públicas sobre esta agresión, pero no fue procesado por ello.
Desde el triunfo de la Revolución en 1959 se han venido sucediendo ataques armados contra Cuba por parte de exiliados afincados en Miami con el amparo, en mayor o menor medida, de la CIA. Playa Girón es el caso más conocido, pero hay decenas de ellos.
Camilo Rojo, del Comité de Familiares de las Víctimas del atentado contra el avión de Cubana, señaló que están «profundamente indignados con la liberación, porque tienen elementos suficientes para castigarlo por mentiroso y por terrorista».
