Más de un centenar de personas participaron ayer en la marcha en defensa de la cueva de Praileaitz y pudieron comprobar in situ cómo la actividad de la cantera de Sasiola es apreciable ya a simple vista en la la ladera en la que se abre, a escasos metros.

Los marchistas se concentraron en la explanada de Mailubate, situada entre la A-8 y la explotación minera, con pancartas en las que se podía leer «Gure jatorria defenda dezagun» y «S.O.S Praileaitz». Allí, tras indicar que la marcha carecía de autorización para seguir adelante -la zona está en estos momentos muy vigilada y hace apenas diez días un equipo de ETB que rodaba unas imágenes tuvo un encuentro con la Guardia Civil-, Javi Castro y Xabier Laka, miembros de Praileaitzen Lagunak Deba, se dirigieron a los participantes. Explicaron que el monte de Praileaitz, que en origen rondaba los 160 metros de altura, hoy apenas alcanza los 80. Está horadado, como una muela careada, y apenas queda la ladera donde se abre la cueva, pero esa ladera está también en peligro. «De hecho -dijo Castro-, desde que el grupo Amenabar adquirió la cantera a la empresa Zeleta, lo que coincidió prácticamente con los descubrimientos que evidenciaban la importancia del yacimiento, la explotación se ha acelerado notablemente, y en la actualidad se realizan dos voladuras semanales y diariamente salen entre 13 y 14 camiones con material».

Los miembros de Praileaitzen Lagunak Deba recordaron que Lakua ha abierto un expediente para declarar la cueva bien cultural protegido con la categoría de monumento, pero eso no ha hecho que la actividad de la cantera disminuya. Recordaron también que Aranzadi se ha comprometido a hacer público en breve un informe, pero, «mientras tanto, la cantera sigue avanzando, y la única forma de evitarlo es movilizándonos».

Los marchistas regresaron a Deba en manifestación. Allí, en los arkupes del Ayuntamiento les aguardaba el hamaiketako y una exposición informativa. Allí mismo recogieron firmas en defensa de la cueva durante toda la mañana.