Un día después de que el Ministerio del Interior iraquí anunciara que comenzará a emplear nuevos equipos para detectar coches-bomba y artefactos explosivos en el marco del plan de seguridad «Aplicamos la Ley», dos vehículos conducidos por suicidas hicieron explosión en el sur de Bagdad, cerca de la comisaría de la policía del barrio de Al Elám, explicaron fuentes policiales iraquíes.

Las fuerzas seguridad iraquíes acordonaron el lugar de la explosión, que provocó al menos trece muertos, y recibieron el refuerzo de soldados estadounidenses que se desplazaron a la zona en helicópteros.

Horas después, hacía explosión otro coche-bomba aparcado frente al colegio Al Shumuj, en el barrio de Al Saiyida, en el sur de la capital, de mayoría suní, originando al menos cinco muertos. Tras el atentado, cuando las ambulancias y la Policía de la capital iraquí se desplazaban a la zona del suceso, un artefacto hizo explosión al paso de una de las patrullas.

En el ataque perdió la vida un agente, mientras que otras cinco personas resultaron heridas, y el vehículo quedó completamente calcinado.

La capital fue también escenario de enfrentamientos entres tropas de ocupación e insurgentes. Fallecieron tres soldados estadounidenses.

A 450 kilómetros de Bagdad, en Mosul, 21 seguidores del grupo religioso Yazidí murieron en una emboscada tendida por un grupo armado, según indicó la Policía local.

Según su relato, todas las víctimas fueron tiroteadas cuando salían de la fabrica textil en la que trabajaban, en el barrio Al Mansur, ubicado en el sur de la ciudad.

Las fuentes, que prefirieron el anonimato, indicaron que los cadáveres fueron trasladados en ambulancias y coches policiales a los hospitales de Mosul.

Los Yazidíes son miembros de una antigua minoría religiosa kurda, cuyas raíces se remontan a 2000 años antes de Cristo. Esta fue en alguna época la religión oficial de los kurdos, pero la islamización redujo su número en Irak a alrededor de 75.000 personas.

La Policía halló en el barrio Al Tamim, en el este de Mosul, los cadáveres tiroteados de dos hermanos que habían sido secuestrados por la mañana.

La violencia persiste en esa ciudad, pese al plan de seguridad vigente desde hace dos semanas, y que es similar al impuesto en Bagdad desde el 14 de febrero pasado, que es mantenido por alrededor de 90.000 soldados iraquíes y estadounidenses.