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Los rojillos dejan por tercera ocasión en lo que va de la presente liga que su rival les meta un gol pasado el tiempo reglamentario

El descuento golpea por tercera vez

Los rojillos pecaron de conservadores en Riazor. Se vieron con un punto en su casillero cuando pudieron optar a los tres ante un rival en horas muy bajas, pero acabaron yéndose de vacío de tierras coruñesas por un nuevo episodio de falta de tensión defensiva

DEPORTIVO 1

OSASUNA 0

Natxo MATXIN | IRUÑEA

No hay dos sin tres. Tercer batacazo rojillo en el tiempo de descuento y cuarto punto que se pierde en los denominados minutos de la basura, que para algunos rivales de los navarros no han sido tales. Los de Ziganda -el técnico volvió a aguantar su tercer cambio- demostraron que no han asimilado la lección que debieron aprender tras lo sucedido ante la Real y, más recientemente, frente al Valencia en El Sadar.

De paso, no rascar bola en Riazor, donde los navarros habían ganado en las dos últimas temporadas, sube un grado la preocupación por la trayectoria liguera, con un dato irrefutable como es que la ventaja respecto a los puestos de descenso se ha visto reducida a seis puntos -los mismos que faltan para la salvación- y que los de abajo están apretando de lo lindo.

La alargada sombra de la Copa de la UEFA está eclipsando la lamentable trayectoria de la segunda vuelta en el campeonato de la regularidad, en la que se han sumado 10 puntos de 33 posibles, más de la mitad de ellos conseguidos en las dos victorias a domicilio frente al Nastic y Athletic.

Y lo que se avecina. Entre medio de los dos compromisos europeos ante los hispalenses, el Zaragoza, que se ha metido en puestos de Liga de Campeones, rendirá visita a El Sadar, donde Osasuna no sabe lo que es ganar en la segunda parte liguera. Desde hace varias semanas se viene suspirando por esas dos victorias que alejen fantasmas no deseados, pero parece que van acostar mucha sangre y sudor que ambas suban al casillero rojillo.

Ayer pudo ser una buena oportunidad para haber cumplido con la mitad de esa tarea, pero los navarros se empeñaron en no saber aprovecharse de un rival muy tocado -parecía como si la plantilla deportivista estuviera por la labor de que fuera el último partido de Caparrós como técnico deportivista-, bajando su tensión en el momento más inoportuno. Dio la impresión en algunos momentos del choque como que si Osasuna hubiera querido apretar algo más a su enemigo deportivo, los tres puntos habrían volado hacia Iruñea.

Pero los de Ziganda dieron más la impresión de conformarse con un punto, de ir de más a menos, después de un primer tiempo en el que se fueron haciendo con las riendas del encuentro a medida que avanzaban los minutos. Con la baza añadida de la poca conexión entre afición y equipo coruñés: a la media hora hacían su aparición los primeros silbidos continuados de la grada.

Todo eran circunstancias favorables para los rojillos. El Depor no tenía ni idea de cómo hilvanar una jugada con peligro -su primer remate a puerta llegó en el 56-, la hinchada gallega comenzaba a pedir la cabeza de su técnico y Osasuna llegaba con facilidad, aunque con poco criterio, a la portería defendida por Aouate.

Un panorama que, de manera sorprendente, varió tras el descanso. Lejos de posibilitar todavía un mayor dominio de la contienda, los cambios a la desesperada de Caparrós mitigaron el control que los navarros habían llevado a cabo en la primera parte.

En principio, la entrada de tres delanteros supuso el sacrificio de hombres en la medular local, pero esta circunstancia no fue explotada convenientemente en favor de los intereses rojillos. Con balones directos, el Depor comenzó a crear a falta de un cuarto de hora el peligro que no había generado el resto del choque.

Castigo a la cicatería

Fue quizás ahí donde se echó en falta el aplomo rojillo para llevar el encuentro a donde más le convenía, para marcar los tiempos, para sacar partido de la inconsistencia numérica del medio campo rival y para dar buena cuenta de ese más que posible fallo local fruto del patente nerviosismo que rezumaban los deportivistas.

La realidad fue, sin embargo, bien distinta. Los coruñeses supieron exprimir el jugo de su escaso talento, se aprovecharon de la envergadura de Taborda y se metieron en su zurrón los tres puntos. Fue el castigo a la cicatería de los de Ziganda, quienes no hacen sino acumular tropiezo tras tropiezo en las vísperas de un envite europeo. Cada uno sabrá por qué.

Toda vez que ya no hay marcha atrás para la derrota, ahora queda latente la duda de la huella que ésta pueda dejar de cara al jueves. La Copa de la UEFA ha venido siendo a lo largo de la presente campaña el mejor bálsamo a las heridas de guerra ligueras y los rojillos han dado muestras de saber cambiar el chip y la actitud. Todo hará falta para contrarrestar el potencial del Sevilla.

Décima derrota rojilla en campo contrario

Con el 1-0 encajado en Riazor, Osasuna suma su décima derrota lejos de El Sadar. Los de Ziganda cosecharon su última victoria en campo rival hace poco más de un mes en San Mamés. En el último partido disputado fuera también perdieron en el Bernabéu por 2-0.

Ziganda: «En la jugada del gol ha habido cierto descontrol en las marcas por el cansancio"

El técnico rojillo, José Angel Ziganda, ha venido repitiendo hasta la saciedad que su equipo no sabe empatar. Pero lejos de asumir que a los suyos quizás les faltó algo más de ambición, el de Larraintzar se aferró al discurso de que fueron mejores que el rival sobre el terreno de juego.

«El equipo ha estado bastante bien, mucho más cómodo en el campo que el Depor, que estaba más nervioso. Ellos todavía no se lo creen que hayan ganado, ya que nosotros hemos disfrutado de más control y llegada que ellos», refrendó.

El de Larraintzar, que insistió en valorar de diferente forma el juego de su escuadra y la derrota final, justificó la última y decisiva jugada «por el cansancio». «No hemos querido hacer el tercer cambio porque Raúl también es de los que marcan, ellos la han puesto arriba y esto te puede pasar. Puede que haya habido cierto descontrol a la hora de aplicar las marcas por el cansancio acumulado», explicó.

En cualquier caso, el preparador osasunista optó por centrarse en la defensa del papel de sus jugadores. «Para jugar fuera de casa, nos hicieron pocas ocasiones y nosotros tuvimos bastantes. Por eso creo objetivamente que estuvimos bastante bien, con más control y llegada», apostilló.

Ziganda, que calificó de «malísimo» el resultado, reseñó que va a «incidir en las cosas buenas que hicimos, que fueron bastantes», a la par que «recuperarnos de este palo y pensar en el jueves». «Sabíamos que si ganábamos los tres puntos lo teníamos muy bien, pero está claro que tenemos que hacer muchas cosas bien para ganar los partidos. No nos queda más remedio que apechugar», comentó.

GARA

El Deportivo refrendó su mejor resultado casero

El Deportivo confirmó el resultado casero que más veces se ha dado esta temporada en Riazor. Los coruñeses están abonados al 1-0, que han repetido en cinco ocasiones. Además de contra Osasuna, han firmado dicho tanteador ante el Atlético de Madrid, Mallorca, Getafe y Nastic.

Puñal volvió a jugar después de más de un mes

Puñal volvió a disfrutar de minutos después de algo más de un mes y tras su lesión en el tobillo. El centrocampista de Uharte disputó su último partido en San Mamés el pasado 17 de marzo donde entró para jugar media hora en sustitución de Iñaki Muñoz.

Osasuna remató más, pero acabó perdiendo

Osasuna sumó más remates que su rival, un total de 14 frente a los nueve que realizó el Depor. Además, los navarros dispararon con más tino sobre la puerta contraria, en cinco ocasiones, mientras que los gallegos lo hicieron en dos. La diferencia estuvo en la efectividad.

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