Lakua arropa con un homenaje más a las «víctimas del terrorismo»
El homenaje que el Ejecutivo Ibarretxe ofreció ayer en el Euskalduna de Bilbo a las víctimas de acciones de ETA y de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, excluyendo a los familiares de 77 personas que, según sus propios archivos, son «víctimas del terrorismo», fue un acto institucional más de arrope a este colectivo, aunque obvió cualquier referencia a otras personas afectadas por el conflicto político.
Agustín GOIKOETXEA |
Alrededor de 1.500 personas, según fuentes de la propia Lehendakaritza, participaron ayer al mediodía en el auditorio del Palacio Euskalduna en Bilbo en el homenaje tributado por el Gobierno de Gasteiz a una parte de las víctimas del conflicto político en Euskal Herria, venidas muchas de ellas de diferentes puntos del Estado español.
Lakua mimó hasta el último detalle el acto, en el que fue muy destacada la presencia de representantes institucionales de PNV, PSE, EA, EB y Aralar, así como de organizaciones empresariales, de los sindicatos UGT, CCOO y Erne, los rectores de las universidades de UPV-EHU, Deusto y Mondragon, y el ámbito judicial, entre otros. También estuvieron miembros de Lokarri y Gesto por la Paz. No tomaron parte en el homenaje la izquierda abertzale, PP y los sindicatos ELA y LAB, además de las asociaciones de víctimas AVT y Covite.
Antes de su inicio, el lehendakari Juan José Ibarretxe, junto con la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa, y miembros de la Mesa del Parlamento y de la Ponencia de Víctimas de la Cámara de Gasteiz fueron saludando a los homenajeados y sus familiares. No faltó algún que otro taconazo, muy propio de la condición de antiguo militar de alguno de los agasajados. Una hora antes, Ibarretxe, con el resto de representantes parlamentarios y de su Gobierno, había mantenido un encuentro privado con las 140 víctimas y sus familiares presentes en el Euskalduna.
Una vez en el auditorio se pudo ver al presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, sentado al lado del secretario general del PSE, Patxi López, y del presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJPV, Juan Luis Ibarra, próximos al rector de la UPV-EHU, Juan Ignacio Pérez Iglesias, o al alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, departiendo con un antiguo compañero de Gabinete, Paulino Luesma, actual delegado del Gobierno español en la CAV. No faltaron los lehendakaris Carlos Garaikoetxea y José Antonio Ardanza. En primera fila, entre el propio Ibarretxe y la presidenta de la Cámara de Gasteiz, Izaskun Bilbao, se situó el presidente del Senado español, Javier Rojo.
El acto, presentado por Edurne Ormazabal, comenzó con la proyección del documental ``Sin vendas en la memoria'', realizado por el madrileño Manuel Palacios para este acto, en el que se recogen testimonios de víctimas de ETA o de sus familiares.
Veinte minutos después tomó la palabra el escritor Anjel Lertxundi, «en representación de la sociedad vasca», que, poco después de dar la bienvenida a las «víctimas del terrorismo» de ETA, les aclaró que estaban invitados en el Palacio Euskalduna porque «son ustedes víc-timas de una violencia que busca la imposición de un proyecto político y la eliminación de quienes no comparten dicho proyecto», apostillando que «la violencia política no tiene ninguna justificación».
En su mea culpa particular, criticó la lucha armada, asegurando que «su propia debilidad le impide admitir el matiz, la duda y el debate, y puesto que sabe muy bien que no puede confiar exclusivamente en la confrontación política de las ideas, recurre a la violencia. De su debilidad -subrayó Lertxundi- deriva su agresividad».
A continuación, tomó la palabra Ibarretxe para dar lectura al manifiesto institucional consensuado por el tripartito con el PSE, en el que se incide en que «aún estamos a tiempo de pedir perdón» y «entonar un `lo siento' colectivo por los errores que hayamos cometido a la hora de expresar nuestro cariño».
Asimismo, el lehendakari dijo aspirar a «desechar la utilización partidaria del terrorismo que lleva inexorablemente a la confrontación política y que crea un profundo desasosiego entre las víctimas».
Este mensaje de unidad fue también mencionado por Manuela Orantos, viuda del guardia civil Avelino Palma y vicepresidenta de la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo, quien agradeció el gesto del Ejecutivo de Lakua con esas víctimas del conflicto político que azota este país.
Orantos, que comenzó su alocución pidiendo un minuto de silencio «en recuerdo de las víctimas y para que no haya más asesinatos», solicitó a la representación institucional presente en el Euskalduna que «no se olviden de nosotros, háganme el favor de recordar que aquí se derramó sangre inocente en su nombre y que no pueden permitir que esto pase a la historia como si nada porque se puede perder todavía algo más que la vida de nuestros seres queridos: el honor y la dignidad de pertenecer a un pueblo como el suyo: el vasco. No lo consientan».
Batasuna manifestó ayer que el acto por las «víctimas del terrorismo» auspiciado por el Gobierno de Lakua «es un fraude y un insulto a un sinfín de víctimas de este país». Además, criticó que el Gabinete Ibarretxe haya decidido no tener en cuenta a buena parte de las víctimas del conflicto político en Euskal Herria «y reescribir la historia sobre los renglones torcidos de la imposición y la represión».
La formación independentista aseguró que el homenaje del Euskalduna «no apuesta en clave de futuro y soluciones y repite la misma receta de estos 30 años, la receta que no trae la paz sino la perpetuación del conflicto». A su juicio, «recetas y recordatorios que, a la postre, PNV y PSOE pretenderán utilizar para justificar nuevas medidas represivas contra la izquierda abertzale», en vez de buscar soluciones, tal y como reclama la sociedad. Es más, estimó que el homenaje del Euskalduna es un acto de todos aquellos que desean instaurar fórmulas del pasado.
«El acto de hoy no tiene nada que ver con las soluciones y sí con la estrategia que tanto el PSOE como el PNV llevan en contra del proceso, en contra de la negociación, en contra de abrir una nueva fase política que conduzca a este país al cierre definitivo del conflicto que tantas víctimas ha acarreado», señaló en su nota.
Pepi Murua, viuda del ingeniero jefe de Lemoiz José María Ryan, secuestrado y muerto por ETA, recibió de manos del lehendakari una placa con una serigrafía de Eduardo Txillida como recuerdo del acto institucional de homenaje del Euskalduna.
El acto concluyó con el estreno de una pieza musical para órgano compuesta expresamente para el homenaje por Paco Ibáñez, titulada ``Dona nobis pacem'', que interpretó la coral Kantika de Leioa y el organista Daniel Oyarzabal.
La escultura de Juan José Aquerreta ``Romper la vida, muerte y desamparo» fue inaugurada ayer en la Plaza del Baluarte de Iruñea como homenaje y recuerdo a las «víctimas del terrorismo», por iniciativa de la Fundación Tomás Caballero.