Tres presos vascos niegan cualquier relación con el 11-M
La comparecencia de los presos vascos Unai Parot, Irkus Badillo y Gorka Vidal volvió a confirmar lo que se ha constatado en repetidas ocasiones en el juicio del 11-M: que ETA no tuvo relación alguna ni con grupos islamistas ni con los atentados en los trenes madrileños. Los tres comparecieron a instancias de Luis Abascal, abogado de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun, quien está considerado en medios judiciales como «proclive a las tesis de la conspiración».
Martxelo DIAZ
Los presos vascos Unai Parot, Irkus Badillo y Gorka Vidal negaron categóricamente ayer en el juicio por el 11-M tener relación alguna con grupos islamistas y con los atentados registrados en los trenes de cercanías de Madrid. Los tres comparecieron como testigos a petición del abogado defensor de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun, Luis Abascal, considerado en medios judiciales como «proclive a las teorías de la conspiración».
Badillo y Vidal, condenados por transportar una furgoneta con explosivos en Cañaveras (Cuenca), negaron también que conocieran a Jamal Ahmidan, uno de los islamistas que se inmoló en Leganés.
«No tengo nada que ver con esto. Ni con el 11-M ni con los islamistas. No tengo nada que ver con esto», insistió Vidal a preguntas de Abascal. El preso vasco mostró su sorpresa por tener que comparecer en este juicio.
El letrado de Zougam y Ghalyoun también preguntó a Badillo y a Vidal si sabían qué era «un temporizador st» y si ETA había empleado Goma 2, a lo que ambos contestaron con un rotundo «no», mientras que a Parot le preguntó si ETA había desarrollado en 2003 un sistema para detonar explosivos mediante teléfonos móviles, lo que éste también negó.
Abascal también quiso saber si «ETA ha llevado a cabo cursos de entrenamiento en el Líbano con la ayuda de Hizbulá». Los presos vascos volvieron a responder que no.
Incluso, Abascal preguntó a Badillo si había viajado a Irak. La respuesta, una vez más, volvió a ser una rotunda y escueta negativa.
Junto a ello, preguntó a Parot si había mantenido algún tipo de relación con el preso islamista Abdelkrim Bensmail, lo que el preso labortano negó.
Abascal insistió, preguntando si estos encuentros se habían producido en la cárcel asturiana de Villabona. «No he estado nunca en la cárcel de Villabona», respondió. Abascal quiso saber por qué Bensmail tenía un papel con el nombre de Parot, a lo que éste respondió que lo desconocía.
Ante esta contestación, Abascal optó por un planteamiento más genérico y preguntó si en alguna cárcel había mantenido relaciones con presos islamistas. «Yo me relaciono con todos los presos que Instituciones Penitenciarias coloca en las celdas a las que me envía. No elijo con quien voy a estar», contestó Parot.
Preguntas «improcedentes»
El letrado de Zougam y Ghalyoun realizó varias preguntas que fueron consideradas como «improcedentes» por el juez Javier Gómer Bermúdez. Así, quiso saber si Parot «fue contratado como mercenario por ETA o era previamente miembro de la izquierda abertzale», mientras que a Badillo y a Vidal les preguntó «si habían participado en acto de kale borroka en Basauri». Gómez Bermúdez destacó que estas cuestiones no estaban relacionadas con los hechos que se están juzgando.
También quisó saber dónde había hecho Parot el servicio militar. «No he hecho el servicio militar», fue la respuesta. Abascal insistió y volvió a preguntar si no había realizado el servicio militar en la Legión Extranjera francesa. El juez Gómez Bermúdez recriminó a Abascal, señalando que ya había respondido.
Aunque en un principio estaba previsto que testificaran Harriet Iragi, Gorka García Sertutxa y Fernando Irakulis, el tribunal finalmente desestimó su comparecencia, según dio a conocer Gómez Bermúdez.
Luis Abascal preguntó a Gorka Badillo si había viajado alguna vez a Irak y quiso saber si miembros de ETA habían participado en entrenamientos organizados por el movimiento chií Hizbulá en el Líbano.