Con diez años de retraso sobre la fecha de concesión del permiso comenzarán a desmantelarse los depósitos que fueron instalados en la etapa franquista en las marismas de Pobeña. CLH, la empresa sucesora de la antigua Campsa, debía haber acometido esa retirada en 1997. Sin embargo, la actitud laxista de Ayuntamiento, Costas y del Ejecutivo de Lakua permitieron a la empresa postergar el compromiso hasta 2002. Por su puesto, la compañía sólo cumplió en parte, al retirar seis de los veintidós tanques y olvidarse de los diecisiete que, de acuerdo a lo anunciado por el Gobierno español, va a retirar ahora. Dado que el anuncio llega en fechas propicias para la patrimonialización de éxitos, conviene incidir en que la prórroga de la explotación a la compañía española de hidrocarburos hubiera sido al menos más difícil de haber existido una oposición municipal. Sin embargo, y tras rechazar una moción de HB, el consistorio de Muskiz, gestionado por el PNV, consistió en que la compañía siguiera ocupando 164.954 m2 de dominio público, lo que de facto postergaba la recuperación de una zona natural que ha sufrido un fuerte deterioro, además de ser hurtada al disfrute de la ciudadanía.