Los colegios electorales sirios cerraron ayer sus urnas tras dos días de elecciones para elegir a los representantes de la Asamblea Popular, es decir, el Parlamento. La agencia oficial de noticias SANA informó de que había comenzado el recuento de votos pero no dio ningún dato sobre la participación en estos comicios parlamentarios, los segundos desde que Bashar al Assad tomara el relevo de su padre en la presidencia en 2000. El partido Baaz se reserva la mayoría de los escaños del Parlamento, compuesto por 250 asientos.

Aunque todavía no hay datos, todo indica que la baja participación será la nota dominante de estas elecciones marcadas por el llamamiento al boicot de los partidos de la oposición, que reclaman una nueva legislación electoral y unos comicios «libres y limpios».

«La explicación más relevante es que los resultados se conocen de antemano», afirmó Hassan Abdel-Azim, parlamentario que encabeza un grupo de pequeños partidos opositores.