Es cosa de la primavera. Se acerca mayo, el mes de las flores, y de repente han comenzado a brotar nombres de jugadores que vienen o van. Mejor dicho, que pueden venir o que pueden irse. Y lo que te rondaré morena, porque esto de los rumores y los chismorreos sí que es el deporte rey.

De momento, el traspaso que más pinta tiene de consolidarse es el del osasunista Raúl García. Parece que el Valencia tiene el tema bastante avanzado, pero hay otras escuadras interesadas en el canterano rojillo e Izco se deja querer. Probablemente, con el lógico objetivo de sacar un jugoso pellizco que permita sanear las cuentas.

Pero el fichaje más sorprendente -al menos por lo que respecta a quien esto suscribe-, totalmente confirmado además, es el de Gica Craioveanu. No piensen que el rumano, ex de la Real, ha decidido descolgar la botas. No es eso, no. Ha fichado por un partido político y se presentará como candidato en las próximas elecciones municipales. Lo hará en Getafe, donde ahora reside, en la candidatura del PP.

El otrora delantero será ni más ni menos que el número dos de la lista, cos aspiraciones a dirigir el Área de Deportes. Gica ha explicado que él es «apolítico», que concurre como «independiente» y que lo hace en la lista del PP porque le ha presentado un proyecto interesante en dicho área.

No seré yo quien ponga en duda sus buenas intenciones. El asunto concierne a la ciudadanía de Getafe. Lo que más me llama la atención es su ¿ingenuidad? a la hora de defender su «independencia». Porque, supongo, en los plenos estará «obligado» a seguir la disciplina del partido. Y no sólo se votan temas deportivos. ¿Seguirá la línea del PP cuando, por ejemplo, se decida sobre sus compatriotas rumanos inmigrantes? Al tiempo.